Cinco personas resultaron ayer heridas de distinta consideración en dos accidentes ocurridos en viales de la comarca de O Morrazo. El primero se registró de madrugada en la carretera que une Marín y Moaña y consistió en un choque frontal entre dos vehículos, resultando heridos cuatro jóvenes y que fueron trasladados al hospital Domínguez de Pontevedra. El segundo ocurrió al filo de las 14.30 horas en el entorno del Alto de A Portela y aquí las heridas fueron dos mujeres, madre e hija. La que presentaba mayores daños era la primera, que tuvo que ser trasladada en ambulancia medicalizada ya que tenía heridas graves en una pierna y dolor en el pecho.

El choque en la PO-313 tuvo lugar poco antes de las dos de la madrugada y los cuatro heridos tenían edades comprendidas entre los 18 y los 23 años. Fue una colisión frontal a la altura del punto kilométrico trece y el estado de los heridos no es grave. Uno de ellos, M.A.R.S. y de 23 años fue dado de alta al poco tiempo. Los otros tres eran N.S.T. (varón de 18 años), M.J.C.F. (mujer de 18 años) y M.A.R.S. (varón de 23 años). Todos presentaban esguinces cervicales, contusiones y el último joven también tenía un traumatismo craneoencefálico y en las rodillas. Hasta el lugar se desplazó la Guardia Civil de Tráfico y el 061 para trasladar a los heridos.

El otro siniestro sucedió ayer a mediodía y se requirió incluso la presencia de dos dotaciones de los Bombeiros do Morrazo para excarcelar a una persona que quedó atrapada en el vehículo. El coche accidentado era un Opel Astra gris con matrícula 4758-BTS, que circulaba en dirección Bueu-Cangas y que se salió de la vía en el Alto de A Portela. El accidente ocurrió en el término municipal de Cangas y a unos cien metros de la glorieta de acceso al Corredor do Morrazo. En el interior viajaban dos vecinas de la localidad –madre e hija– y se baraja un posible despiste como causa más probable del suceso. El coche se metió en una tajea al lado derecho de la carretera y acabó impactando contra la base de hormigón de una marquesina. El choque fue de tal calibre que el automóvil volvió a la calzada y quedó orientado hacia Bueu, con el frontal destrozado.

La conductora pudo salir ayudada por otros automovilistas que presenciaron el accidente, pero su madre, de 69 años, quedó atrapada en el asiento del copiloto. La mujer se quejaba de dolor en el pecho y presentaba heridas graves en una pierna, por la que perdía mucha sangre, y en un pie, que tenía completamente roto.

En un primer momento recibió atención de los bomberos y de efectivos de Protección Civil Cangas, llegándose a barajar la posibilidad de realizarle un torniquete para detener la hemorragia. Finalmente se descartó esta opción y poco después llegó la ambulancia del 061 con personal médico del Centro de Saúde de Cangas. A continuación fue trasladada a Povisa, aunque a la altura de la salida de San Lorenzo (en Domaio) se realizó un transbordo para completar el traslado en una ambulancia medicalizada. Su hija, que también tuvo que ser atendida debido a un ataque de ansiedad, fue llevada por la ambulancia del 061 de Bueu al mismo centro hospitalario.

El accidente provocó retenciones de tráfico y la Guardia Civil tuvo que acudir a la zona para regular la circulación, que quedó normalizada alrededor de las 16.00 horas, una vez que se retiró el coche y se limpió la calzada.