"El Valparaíso ha quedado ya posicionado", asegura David Santos, uno de los cuatro arqueólogos subacuáticos al término del tercer día de trabajo en los fondos de Punta Borneira, en Cangas. Santos es uno de los buzos de la empresa Argos que fue contratada por la Xunta para realizar una prospección de los pecios de naufragios acontecidos en estas aguas después de que en marzo, marineros de la extracción de erizo hallaran restos de cañones y de piezas de bronce. A quince metros de profundidad, los tres buzos de Argos, David Santos, David Fernández e Ignacio Crespo, además de Iago Abilleira, localizaron los restos del vapor británico Valparaíso, hundido el 28 de febrero de 1887; y a escasos metros los del navío Southerm Cross, hundido en 1909. La curiosidad de este último barco está en su cargamento de cal que cubrió toda una montaña de barriles que siguen siendo muy visibles en el fondo del mar. Por esta razón, en el mundo de la arqueología subacuáticase conoce a este barco como "la montaña de cal".

Los buzos de Argos han marcado también la montaña de barriles de cal. Los profesionales se han centrado en el casco de ambos barcos, aunque del Valparaíso sólo es visible la proa ya que buena parte del casco está enterrado. Más en superficie está el Southerm Cross, del que es visible su estructura.

En estos tres días, los arqueólogos no han encontrado más restos junto a los barcos.