Medio Rural está a punto de acabar con una situación que parece propia de otra época. Hasta cuatro centros escolares de Cangas y Bueu (Montecarrasco, María Soliño, Juan XXIII y Cela) aún se abastecen del agua procedente de los montes, que se almacena en un depósito tras extraerla con una bomba. Más de veinticinco años en esta situación y sorprende que no hayan aparecido los problemas higiénicosanitarios que cabrían imaginar. Por suerte, no hubo nunca denuncias por contaminación de agua ni por una mala manipulación del cloro. Sí se sabe que Sanidade tuvo algún encontronazo que otro con algún centro por el estado en el que se encontraban los depósitos del agua. Problemas de suministro hubo también menos de los esperados. El último fue en el IES María Soliño, donde se obstruyó la bomba del cloro y fue necesario alertar a los escolares que no bebieran agua del grifo. El centro se ocupó del problema adquiriendo botellas de agua mineral de litro y medio, 125 en total. La reparación no pudo efectuarse en el mismo día porque la empresa encargada de hacerlo tiene residencia en Vigo y se celebraba en la ciudad olívica el Día de la Reconquista, por lo que estaba cerrada.

Los encargados de manipular el cloro, de realizar la mezcla adecuada para el consumo humano, son los conserjes. En su momento fueron adiestrados por los técnicos de la Xunta con esa rapidez marcial que sólo se conocía en los campamentos de la mili y, la verdad, nunca hubo errores. Se saben de memoria el procedimiento, que hacen con la rutina y la precisión de un cirujano. Las direcciones de todos los centros confirman que los análisis sanitarios fueron y son rigurosos y se realizan cada 15 días. La bomba del cloro se inspecciona cada tres meses. En Montecarrasco el problema principal es que los motores se estropean con frecuencia y se quedan si agua durante horas.

Sin contaminación

Nunca faltó el agua por el hecho de que se secaran las fuentes y todos coinciden en señalar la pureza de las aguas, que corren demasiado riesgo de estar contaminadas al no haber explotaciones agrícolas y ganaderas en los alrededores y tampoco empresas que filtren contaminantes en el suelo.

Medio Rural ya aprobó una partida para acabar con esta situación. En Cangas se gastarán más de 40.000 euros para que los centros se abastezcan del agua de la traída.

La razón por la que en el momento de construir los centros escolares no se planteó el suministro de agua a través de la red de abastecimiento municipal fue porque se estimaba que la altura a la que quedaban los mencionados centros escolares era mucha y, por lo tanto, era necesario poner un sistema de bombeo capaz de llevar el líquido elemento hasta los centros. Se optó por el otro sistema porque se consideró más rentable.