Ramón Dios, presidente del Consello Regulador, se ratificó ayer en todas las manifestaciones que realizó en los últimos meses en relación a las actuaciones de Javier Figueira al frente de Opmega.

Fueron precisamente esas imputaciones las que dieron pie a la asamblea de ayer para que Dios diera las oportunas explicaciones. También fueron esas imputaciones las que desde el anonimato hicieron estallar a algunos bateeiros convencidos de que Dios "debe dejar a un lado el enfrentamiento y asumir el papel que se le ha encomendado al frente del Consello".

Pero el isleño Ramón Dios se ratificó ayer en sus acusaciones y reiteró que Javier Figueira "es el verdadero cáncer del sector". Reconoce que tal afirmación "puede sonar muy fuerte y herir susceptibilidades", pero aseguró también que "la enfermedad tiene cura, ya sea con el tratamiento adecuado o con la extirpación del cáncer", es decir, con la dimisión del propio Figueira.

Sin embargo, la dimisión de Ramón Dios se demanda también por parte de aquellos dirigentes del sector que creen que se ha extralimitado en sus funciones y que es él quien torpedea el funcionamiento de Opmega y del propio Consello Regulador. Hace días algunos profesionales del sector apuntaban: "La solución es que cambien radicalmente de postura o que se marchen uno de los dos, o ambos". Ese planteamiento se maneja incluso desde empresas de depuración y desde otras agrupaciones de mejilloneros ajenas a Opmega, también integradas en el Consello.

Marcas

Una de las razones del enfrentamiento entre el Consello y Opmega está en la elección de las marcas para diferenciar el producto enviado al mercado. El reglamento del Consello Regulador y de la Denominación de Origen Protegida Mexillón de Galicia impide que se utilicen nombres, logotipos o cualquier seña de identidad que lleve a la confusión del consumidor, es decir, no puede bautizarse a determinados moluscos con nada que se parezca a "Mexillón de Galicia". Sin embargo, Opmega registró "Mejillón del Mar de Galicia" y "Organización de Productores de Mejillón de Galicia", lo que llevó al Consello a presentar un contencioso pidiendo la retirada de las marcas.