La proliferación de motos acuáticas, y muy especialmente, el mal uso de las mismas, genera una creciente preocupación en rías como la de Arousa.
Tantos bañistas como bateeiros, pescadores y mariscadores alertan del riesgo que pueden entrañar estos artefactos para la navegación, los submarinistas y usuarios en general de las playas y zonas intermareales.
El peligro aumenta, en buena lógica, si los pilotos de las motos acuáticas incumplen las normas de seguridad más elementales, que es, al parecer, lo que está ocurriendo en demasiadas ocasiones desde que se levantó el confinamiento y los ciudadanos pudieron regresar a la ría.
De un tiempo a esta parte, y más ahora que ha llegado el buen tiempo, no solo destaca la abundancia de motos náuticas, sino también el hecho de que circulen a elevadas velocidades por la ría -a veces sin respetar las distancias de seguridad exigidas- e incluso se organicen carreras participadas por hasta una decena de esas naves.
Guardia Civil del Mar
Los ciudadanos que alertan de esta situación demandan una mayor presencia de la Guardia Civil del Mar en la ría para garantizar tanto su seguridad como la de los propios pilotos, especialmente activos en aguas de Vilanova, A Illa, Cambados y O Grove, pero también con presencia en Vilagarcía, llegando incluso a la playa de bandera azul O Campanario (Bamio) y al río Ulla.
Eso sin olvidar que, en ocasiones, algunos "moteros" acuáticos se aventuran río arriba, hacia Catoira, Valga y Pontecesures.
Algunos de ellos, como se explicaba anteriormente, llegan a organizar peligrosas y concurridas carreras -no exentas de arriesgadas maniobras-, tal y como se comprobó en varias ocasiones en los últimos días, por ejemplo en la ensenada de A Toxa y entre la costa del parque de O Carreirón y el islote de Areoso en A Illa de Arousa.
A veces, tanto si es a modo de competición como si se trata de motos solitarias, estas se mueven a gran velocidad a muy escasos metros de zonas portuarias, embarcaciones de pesca o de recreo, playas y, sobre todo, alrededor de las bateas de cultivo de mejillón, donde en los últimos años ya se produjeron graves accidentes a causa de la colisión de los vehículos contra el emparrillado de madera de los viveros.
Normas y prohibiciones
No está de más recordar que "el incremento constante del parque de motos acuáticas y de sus niveles de potencia" ha propiciado el establecimiento de "unas normas específicas para reducir el riesgo que su utilización comporta, tanto para quienes las manejan como para los bañistas", explican en el Ministerio de Transporte y Movilidad.
De este modo, está prohibido navegar por las zonas acotadas para la celebración de regatas y por el interior de las zonas de baño comprendidas entre la playa y la línea de balizas. En caso de no existir esta las motos deben respetar una franja de 200 metros de anchura desde el litoral.
Deben estar a más de 50 metros
Además, no pueden acercarse a menos de 50 metros de otras motos, bateas o embarcaciones de cualquier tipo, debiendo evitar las zonas fondeo de buques.
Un dato a tener en cuenta es que "no se pueden hacer adelantamientos en excursiones colectivas ni navegar dentro de recintos portuarios, salvo puertos deportivos". Y "únicamente se permite la utilización de las motos durante las horas de luz diurna -entre una hora posterior al orto y una hora anterior al ocaso- y solo con buen tiempo y visibilidad".
Por cierto, que es necesario tener una edad mínima de 18 años para usar estas motos náuticas -16 si es con consentimiento escrito de los padres- y llevar puesto un chaleco salvavidas homologado, tanto el piloto como el pasajero.
