El madurismo mordió el polvo de la derrota electoral en el estado de Barinas, la cuna de Hugo Chávez y una suerte de feudo familiar desde su llegada al poder, hace más de dos décadas. A pesar de los cuantiosos recursos que el Estado volcó para sostener la candidatura de Jorge Arreaza, un ex ministro de Chávez y del propio Maduro, además de esposo de una de las hijas del extinto bolivariano, el socialdemócrata Sergio Garrido puso fin al dominio del apellido del bolivariano con el 55% de los sufragios. "Ganó la unidad (opositora). Queremos sumar la mayor cantidad de voluntades para construir y ayudar a superar los obstáculos y problemas que padecemos en Barinas", dijo.

El presidente Nicolás Maduro había intentado sin suerte convencer a los habitantes de esa región ubicada a 500 kilómetros de Caracas acerca de todo lo que estaba en juego. "¡Vamos a Vencer con el espíritu inmortal del Comandante Chávez!", dijo. No le hicieron demasiado caso. De esta manera, el Gobierno probó en dos meses la misma medicina. Durante los comicios regionales del 21 de noviembre, la oposición se había impuesto en Barinas como una suerte de excepción a la regla general de esa contienda donde 20 estados quedaron en manos del Partido Socialista Unificado (PSUV). Pero la justicia electoral anuló el triunfo de Freddy Superlano por considerar que estaba inhabilitado para competir. Superlano había vencido nada menos que a Argenis Chávez, hermano del exmandatario, quien no quiso volver a participar de los comicios, acaso presintiendo el resultado.

La elección volvió a repetirse y el antimadurismo cantó otra vez victoria. Las autoridades electorales se demoraron más de la cuenta en anunciar el ganador a pesar del reconocimiento del propio Barraza. "Barinas querida. La información que recibimos de nuestras estructuras del PSUV, indican que, aunque aumentamos en votación, no hemos logrado el objetivo. Agradezco de corazón a nuestra heroica militancia. Seguiremos protegiendo al pueblo barinés desde todos los espacios". Barreaza cosechó el 41% de las adhesiones.

Superlano, quien pertenece a Voluntad Popular (VP), el partido del ex legislador Juan Guaidó, todavía autoproclamado "presidente encargado" de Venezuela, fue uno de los primeros en festejar el triunfo. "Hoy lo barineses no enfrentaron solo al PSUV sino a todo el Estado".

Impacto nacional

"No valió populismo, movilización oficial, desplazamiento militar, control institucional ni ataques virulentos contra quienes querían votar. El voto de más de la mitad de los barinenses mató varios pájaros de un tiro", señaló el analista Luis Vicente León. Si bien los resultados de este domingo no alteran el mapa político general, son, según León, "una gran lección sobre la potencia del voto para presionar cambios, incluso cuando las condiciones electorales son desventajosas". El pasado 21 de noviembre, la oposición favoreció la victoria del madurismo al carecer de una estrategia común. "Haber tenido a todas las fuerzas políticas y líderes opositores institucionales volcados en Barinas respaldando su candidato permitió canalizar la rabia y producir un triunfo con una simbología fundamental", señaló al respecto León. En ese sentido, también fueron derrotados los sectores más radicales del antimadurismo que no confían en la lucha electoral. Pronto se sabrá hasta qué punto la oposición saca lecciones de lo que sucedió en las urnas y cómo define su hoja de ruta. Desde hace meses se encuentran en suspenso las negociaciones con el Gobierno que se llevaban a cabo en México con patrocinio de los anfitriones y Noruega con el propósito de resolver el conflicto político que ha sumido a Venezuela en una crisis sin precedentes.

"Todos hemos de seguir trabajando para que el cambio que hoy se expresó en Barinas termine de consolidarse en toda nuestra patria”, dijo el ex candidato presidencial, Henrique Capriles.

Guaidó, quien ha sido reacio a la participación de los comicios regionales de noviembre y se encuentra cada vez más debilitado en el frente interno, más allá del respaldo norteamericano, esta vez festejó como propio el triunfo de Garrido. "Donde empezó, termina", dijo en relación a Barinas, la región natal de Chávez. “La dictadura perdió y no hablamos solo de un resultado”.