El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció ayer que responderá favorablemente a una petición del Gobierno libio de asistencia militar y que en enero someterá al Parlamento una moción para enviar tropas al país africano.

Turquía es, junto con Catar, uno de los pocos países que respaldan activamente el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), de Trípoli, dirigido por Fayez Sarraj, reconocido por la ONU y enfrentado al general rebelde Jalifa Haftar, que controla grandes partes de Libia.

Este último recibe apoyo de Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Rusia. Naciones Unidas considera que tanto el general como el Gobierno de Trípoli reciben envíos de armas que vulneran el embargo en vigor.

El sábado pasado, el Parlamento turco ratificó un acuerdo de cooperación militar, firmado una semana antes durante una visita oficial de Sarraj a Turquía. El AKP y su aliado, el ultranacionalista MHP, disponen de mayoría en el Parlamento turco, por lo que la aprobación de un envío militar sería una formalidad.

El miércoles, Erdogan viajó por sorpresa a Túnez, donde se reunió con su homólogo, Kaïs Saied, para evaluar una posible cooperación entre los dos países para ayudar a la estabilización de Libia. El alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, reaccionó ya el mismo sábado al acuerdo sobre cooperación militar con Libia adoptado por el Parlamento turco, pidiendo que todos los países respeten el embargo de armas impuesto por la ONU. "Todos los miembros de la comunidad internacional deberían observar y respetar el embargo de armas de la ONU", indicó un portavoz de Borrell.

Pocos días antes, Estados Unidos expresó su preocupación ante el riesgo de una escalada de la violencia tras la solicitud de apoyo militar de Trípoli y advirtió de que "la intervención militar externa amenaza las perspectivas de resolver el conflicto".

Erdogan tiene previsto abordar la situación de Libia con el presidente ruso, Vladímir Putin, en una reunión prevista en Ankara para el próximo día 8 de enero.