Decenas de miles de ecuatorianos chocaron ayer con la Policía en el centro de la capital, Quito, y en otras ciudades del país en una jornada de elevada violencia contra los recortes pactados con el FMI por el presidente, Lenín Moreno, a cambio de una ayuda financiera equivalente a 3.800 millones de euros. La jornada, de huelga general, estuvo marcada por la toma del casco histórico capitalino por unos 20.000 indígenas llegados el martes de todo el país, justo cuando Moreno decidía evacuar el Gobierno a Guayaquil.

El martes por la noche, los manifestantes tomaron el Parlamento, del que luego fueron expulsados, y ayer protagonizaron reiterados intentos de asalto a la sede del Ejecutivo. A mediodía se anunció el regreso del Gobierno a Quito, alegando la necesidad de estar donde más incidentes se registran. Las protestas, iniciadas el jueves pasado, se han cobrado ya al menos dos muertos, decenas de heridos y unos 700 detenidos.