La campaña electoral para las elecciones legislativas del próximo 6 de octubre en Portugal comenzaron ayer, con los sondeos apuntando como favorito al actual primer ministro, el socialista António Costa, y con la duda de si conseguirá la mayoría absoluta o tendrá que buscar pactos para gobernar. Con varios debates en formato "cara a cara" y otro con varios de los candidatos del próximo 6 de octubre ya celebrados, el inicio de campaña desató el despliegue de mítines y reuniones con ciudadanos por todo el territorio nacional.

Las agendas de todos los candidatos son muy similares, basadas en el paseo por ferias locales, en bicicleta o en aldeas, además de encuentros con artistas de las zonas visitadas y charlas con ciudadanos para tratar de rebajar la abstención, siempre elevada en Portugal y que rondó el 43 % hace cuatro años.

Serán dos semanas de intensa actividad, hasta el día 4 de octubre, cuando concluye la campaña electoral, para despejar la agenda el día 5, jornada de reflexión. En estos quince días todos se moverán para tratar de empujar los resultados que auguran las encuestas, prácticamente idénticas desde hace un año y que auguran la victoria de António Costa, que aspiraría así a una segunda legislatura.

Los socialistas tienen una intención de voto que ronda el 40 %, en tanto que el PSD, segundo partido más votado, recibiría el 23 % de los sufragios.

Si los pronósticos se cumplen, Costa deberá pactar para gobernar, como ya hizo hace cuatro años con comunistas y bloquistas, un histórico pacto de la izquierda en Portugal que le permitió formar un Gobierno en minoría.

La duda ahora es si los socios mejorarán resultados y querrán dar un paso más, hacia un Ejecutivo de coalición, algo que los socialistas esperan alejar luchando hasta última hora por tener una mayoría sólida que les permita aunque sea pactar con un solo partido.

El arranque de campaña electoral en esta ocasión cuenta además con la particularidad de coincidir con las elecciones de la región autónoma de Madeira, que se celebraron ayer como un compartimento estanco de la política nacional, puesto que las expectativas son completamente opuestas. Si en Lisboa se da por hecho la victoria de los socialistas el 6 de octubre, lo esperado para ayer en Madeira era una nueva victoria del PSD, que ha convertido al archipiélago en uno de sus mayores feudos y se impone en todos los comicios desde 1974.