El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, recibió ayer un triple golpe del Parlamento contra su intento de consumar el "Brexit" el próximo 31 de octubre a cualquier precio. En primer lugar, Johnson perdió su escuálida mayoría absoluta de un voto -forjada en alianza con los diez diputados unionistas norirlandeses- cuando el "tory" Philip Lee abandonó la bancada conservadora para pasarse a la de los liberales demócratas.

Lee, exministro de Justicia que votó a favor de la permanencia de Reino Unido en la UE en el referéndum de 2016, escenificó con pompa su abandono del Partido Conservador: en pleno discurso de Johnson se levantó de su escaño, cruzó la sala rectangular donde se reúnen los Comunes y se sentó en la bancada de los liberales demócratas.

En un comunicado, el tránsfuga explicó que su gesto es una protesta pública por la voluntad de Johnson y su Gobierno de "buscar de forma agresiva un 'Brexit' dañino sin fundamento alguno". Lee acusó a Johnson de poner en peligro "vidas y hogares sin ninguna necesidad, arriesgando sin motivos la integridad del Reino Unido".

Para Lee, Johnson "está perjudicando nuestra economía, nuestra democracia y nuestro papel en el mundo. Recurre a la manipulación política, al acoso y a las mentiras. Y lo hace de forma deliberada", acusó en una contundente nota.

Fue la sorpresa del día y había estado precedida por la mañana por una fallida reunión de Johnson con una quincena de diputados conservadores rebeldes a los que intentaba devolver al redil. La reunión fue agria, con intentos del primer ministro de convencer a los disidentes de que la negociación con la UE va bien y acusaciones de estos de que pretende engañarles. Johnson, según fuentes de la reunión, amenazó a los rebeldes con expulsarlos del grupo parlamentario y no permitir que se presenten a las próximas elecciones. Pero no los doblegó, por lo que en la práctica, antes de la defección de Lee, Johsnon ya había perdido de largo su mayoría parlamentaria.

Armados de la nueva mayoría, los opositores y los tories rebeldes no tuvieron dificultad en dar el segundo golpe. El presidente de los Comunes, el "speaker" John Bercow, aprobó anoche mismo el inicio de un debate de urgencia sobre el "Brexit" para impedir una salida abrupta. Los diputados solo cuentan con esta semana para aprobar las medidas, ya que la sesión parlamentaria quedará clausurada la próxima hasta el 14 de octubre, en virtud de la polémica iniciativa de Johnson para cerrar el Parlamento durante cinco semanas.

La nueva ley obligaría al primer ministro a garantizar una salida pactada, a dejar la última decisión al Parlamento o a pedir una prórroga a Bruselas hasta el 31 de enero de 2020. En caso de aprobarse la ley, no se descarta que Johnson contraataque con una propuesta de adelanto de elecciones. Sin embargo, el líder "tory" necesita el respaldo de dos tercios de la cámara y los laboristas anunciaron anoche el tercer golpe: no darán su voto a la cita con las urnas, que piden desde hace meses, hasta que no se apruebe la legislación que garantice que no habrá "Brexit" duro.