El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció ayer que prevé crear 10.000 nuevas plazas de prisión, y aumentar los poderes de la Policía para detener y registrar sospechosos, con el objetivo de luchar contra lo que la "sensación de impunidad" de los criminales.

El jefe de Gobierno, que en julio anunció planes para reclutar a 20.000 nuevos agentes en tres años, sostuvo que percibe "una creciente la insolencia de los delincuentes". Johnson consideró asimismo que es necesario endurecer las penas para los criminales violentos: "Es vital que reciban la sentencia que merecen", declaró.

Reino Unido registró 43.516 delitos con arma blanca entre marzo de 2018 y marzo de 2019, un aumento de más del 80% respecto al mismo periodo de cinco años atrás.

Entre marzo de 2010 y marzo de este año, las fuerzas de seguridad en Inglaterra y Gales perdieron un total de 20.564 agentes, según cifras del ministerio de Interior.