El anuncio de dimisión de la líder de los socialdemócratas alemanes, Andrea Nahles, de sus cargos al frente del partido supone una nueva prueba de resistencia para la coalición de gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, quien ayer reiteró su compromiso de llevar adelante un Ejecutivo estable. Nahles anunció ayer su dimisión "de manera ordenada" de la presidencia de la formación y del grupo parlamentario, después de que el SPD perdiera en las pasadas generales más de cinco puntos porcentuales de apoyos y en las europeas obtuviera solo un 15,8 por ciento de los votos, su peor resultado a nivel federal.

Ante la renuncia de la cabeza visible del partido con el que forma la "gran coalición" alemana, Merkel anunció que "continuaremos trabajando en el gobierno con toda seriedad y sobre todo sentido de responsabilidad, porque los temas que tenemos por resolver están sobre la mesa". Con mayor claridad se expresó antes la sucesora, en diciembre pasado, de Merkel al frente de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Annegret Kramp-Karrenbauer, quien ratificó el compromiso del bloque conservador con la coalición de gobierno tras la renuncia de Nahles. "Para la CDU éste no es el momento de planteamientos tácticos. Mantenemos nuestro compromiso con la gran coalición y queremos servir con una buena política de gobierno a nuestro país", señaló Kramp-Karrembauer. Los conservadores están convencidos de que el Partido Socialdemócrata revolverá con rapidez la sucesión de Nahles al frente de la formación y del grupo parlamentaria, de manera que "el funcionamiento de la gran coalición no se verá así afectado".

Esta no es la primera vez que la situación de la gran coalición de gobierno, formada con notables dificultades seis meses después de las generales de 2017, despierta dudas sobre su continuidad. El verano pasado, las diferencias internas, por la política migratoria y la figura del controvertido ya exjefe de los servicios secretos, entre Merkel y Horst Seehofer, su ministro del Interior y jefe entonces de los socios bávaros en el bloque conservador, hizo tambalearse seriamente la coalición.

Ahora, la precariedad del SPD tras sufrir dos notables caídas electorales abre un nueva vía de agua en el Ejecutivo de Merkel. El anuncio de la renuncia de la líder de los socialdemócratas se produjo además al día siguiente de la difusión de un sondeo del instituto demoscópico Forsa para la cadena RTL, que refleja que el SPD se desploma en intención de voto hasta mínimos históricos -el 12 por ciento-, mientras los Verdes logran colocarse en primer lugar y adelantar por primera vez desde su fundación en 1980 al bloque conservador. Los medios alemanes apuntan a que la jefa del Gobierno de Renania-Palatinado, Malu Dreyer, podría asumir las riendas del partido de manera interina mientras que la jefatura del grupo parlamentario recaerá en el actual vicepresidente, Rolf Mützenich, según informa la agencia "Efe".