El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, aproximó ayer la fecha de dimisión de la primera ministra británica, Theresa May, al dar por rotas las conversaciones que desde hace seis semanas mantenía con el Gobierno para alcanzar un compromiso aceptable por el Parlamento sobre el acuerdo de salida de la Unión Europea. Corbyn justificó su decisión en la "debilidad" del actual Ejecutivo, incapaz, dijo, de conseguir que sus propias filas aprueben nada de lo que acuerda.

Corbyn proclamó la ruptura del diálogo al día siguiente de que May se comprometiera con sus parlamentarios a anunciar su fecha de dimisión en el caso de que la cuarta y última votación sobre el acuerdo de salida, prevista para la semana del 3 de junio, se salde con un nuevo rechazo.

El fin del diálogo con los laboristas obliga a May a tener el respaldo unánime de los conservadores y de los unionistas norirlandeses (DUP) para conseguir sacar adelante el acuerdo, rechazado ya tres veces por los parlamentarios. Una proeza que, hoy por hoy, se considera inconcebible.

En opinión de Corbyn, el hecho de que May haya dicho que dimitirá una vez que se vote por última vez el "Brexit" hace que "los miembros del gabinete estén compitiendo" para sucederla y ha dejado al Gobierno en situación de inestabilidad y con la autoridad de la "premier" minada. Corbyn estimó que solo cuando se haya resuelto la sucesión de May el Partido Laborista podrá analizar "cuidadosamente cualquier propuesta que el Gobierno desee plantear para romper el punto muerto sobre el 'Brexit'".

May contratacó ayer mismo asegurando que el fracaso de las conversaciones es debido a la falta de consenso entre los laboristas sobre algunos asuntos clave. "En particular, no hemos sido capaces de superar el hecho de que no haya una posición común en el Partido Laborista sobre si quieren el 'Brexit' o un segundo referéndum para revocarlo", sostuvo May, según informó la BBC. Un portavoz oficial añadió que la permanencia en la unión aduanera había sido, junto a la posibilidad de un segundo referéndum, el principal punto de fricción.

Las carreras por la sucesión de May ya han comenzado hace días. De hecho, según un sondeo de YouGov para "The Times", el exministro de Exteriores Boris Johnson, que el jueves se postuló como candidato, es el preferido de sus compañeros conservadores para sustituir a May. Johnson cuenta con el 39 por ciento de las preferencias, seguido muy de lejos por el exministro para el "Brexit" Dominic Raab, con un 23 por ciento; del ex ministro de Finanzas Michael Gove, con un nueve por ciento; y del ministro interino de Sanidad, Matt Hancock, con solo un uno por ciento. En una hipotética segunda vuelta entre los dos primeros, la ventaja de Johnson sería aún mayor. Batiría a Raab con un 59% de apoyos.