El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, condicionó ayer la concesión de una prórroga corta en la fecha del "Brexit" a que la Cámara de los Comunes británica ratifique la semana próxima el Acuerdo de Salida alcanzado en noviembre, que los legisladores británicos ya han rechazado dos veces. La fecha fijada para la salida es el viernes de la próxima semana, 29 de marzo y lo deseable sería que la prórroga, que requiere unanimidad, fuera aprobada por el Consejo Europeo, que se reúne desde hoy.

La primera ministra británica, Theresa May, pidió por la mañana, horas antes de las declaraciones de Tusk, una prórroga hasta el 30 de junio. May no ha tenido más remedio que recurrir a la prórroga, ya que el pasado lunes, el presidente de los Comunes, John Bercow, cerró el camino a que la cámara votase ayer, miércoles, por tercera vez el Acuerdo de Salida si no había antes un cambio "sustancial". Ese cambio podría ser, precisamente, la prórroga.

May advirtió ayer mismo al Parlamento que debe tomar una "decisión final" sobre si quiere que el Reino Unido abandone la UE con acuerdo, sin acuerdo ("Brexit" duro) o bien desea suspender la ruptura y seguir en la Unión. La primera ministra lamentó tener que haber pedido una prórroga, algo a los que se ha opuesto siempre, pues su intención era ejecutar la salida el 29.

"Han pasado casi tres años desde que la población votó para abandonar la UE", dijo May a los Comunes. "Dos años después, los parlamentarios han sido incapaces de acordar una forma de aplicar la retirada", se quejó, al tiempo que lamentó que "como resultado, no habrá salida a tiempo". May no dejó de insistir en que el aplazamiento es un motivo de "gran pesar personal" para ella y se mostró "totalmente segura" de que "la población ya ha tenido bastante. Están cansados de las luchas, de los juegos políticos", resaltó la líder "tory".

Ya antes de que May anunciara su petición de prórroga hasta el 30 de junio, fuentes comunitarias informaron de que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, le había avisado "formalmente" de que un aplazamiento que rebasara el 23 de mayo obligaría al Reino Unido a participar en las elecciones europeas, que se celebrarán en los otros 27 países entre esa fecha y el domingo siguiente, 26 de mayo, día en el que se harán, por ejemplo, en España.

Si se diera luz verde a una prórroga hasta el 30 de junio, el Reino Unido estaría violando la legislación si no celebra elecciones, a pesar de que el 2 de julio, cuando se constituya la próxima Eurocámara, ya no pertenecería a la UE, si la prórroga permitiera a May ver refrendado el polémico texto que regula la salida.

El luxemburgués expresó ayer su temor a que la concesión de la prórroga no se que logre en el Consejo Europeo de hoy y haya que reunirse de nuevo la próxima semana. Eso complicaría el calendario, ya que relegaría al último minuto la eventual tercera votación en los Comunes del Acuerdo de Salida que podría exigir la UE si sigue el parecer de Tusk.