Al menos nueve personas murieron y 54 fueron heridas ayer en un atentado suicida con coche bomba en la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, en Bogotá, la capital de Colombia. Se trata del ataque terrorista más grave de la última década por su número de víctimas y quiebra un proceso de relativa tranquilidad en el país derivado de los procesos de paz con las guerrillas de las FARC y el ELN. El diálogo con esta última facción está paralizado.

Al parecer, la explosión se registró dentro de las instalaciones policiales cuando se estaba celebrando una ceremonia de ascenso. El coche, un Nissan Patrol cargado con 80 kilos de un potente explosivo, rebasó los controles de seguridad y estalló en el patio de desfiles.

Entre las víctimas mortales del atentado hay dos extranjeros: una ciudadana ecuatoriana y un panameño. Anoche se desconocía la autoría del ataque, que ha sido explícitamente condenado por la antigua guerrilla FARC.