Las tensiones entre Brasil y Venezuela comienzan antes de que se produzca el relevo en el Gobierno del primer país. El futuro ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araújo, anunció ayer que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, no está invitado a la investidura del presidente electo Jair Bolsonaro, el 1 de enero en Brasilia, "por respeto al pueblo" de la nación caribeña. Mientras, el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, desmintió ayer a su futuro homólogo al señalar que Maduro sí fue invitado a la investidura de Bolsonaro pero el mandatario venezolano "jamás" consideró asistir.

"No hay lugar para Maduro en una celebración de la democracia y del triunfo de la voluntad popular brasileña", afirmó Araújo. El próximo jefe de la diplomacia brasileña insta además a que "todos los países del mundo" dejen de apoyar a Maduro y se unan "para liberar a Venezuela".

Como contestación, el Gobierno venezolano hizo públicas dos notas diplomáticas, una del embajador brasileño en Caracas del 7 de diciembre en la que se invita a Nicolás Maduro a la toma de posesión y la contestación, cinco días después, declinando la invitación a la investidura de un presidente "que es expresión de la intolerancia y el fascismo".