La primera ministra británica, Theresa May, nombró ayer a Stephen Barclays como nuevo ministro para el "Brexit" mientas intenta frenar la hemorragia de dimisiones que amenaza su continuidad al frente del Ejecutivo. May llevará en persona las negociaciones sobe el futuro marco de relación con la UE mientras deja para Barclay, el tercer ministro en la cartera que debe gestionar la ruptura, todos los preparativos internos y garantizar que el texto obtenga el imprescindible respaldo del Parlamento.

May logró contener ayer la cadena de dimisiones desatada tras la publicación del acuerdo del "Brexit" y recabó el respaldo explícito de algunos de los miembros más euroescépticos de su Gobierno, aunque aún persisten las amenazas contra su liderazgo. El ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, manifestó su apoyo a la jefa de Gobierno después de insistentes rumores sobre su posible dimisión, mientras que el titular de Comercio Internacional, Liam Fox, ferviente partidario de una ruptura dura en el Ejecutivo, aseguraba que Theresa May tiene su "total confianza".

El mayor riesgo a corto plazo que afronta la primera ministra es que 48 diputados conservadores -el 15 por ciento del grupo parlamentario- reclamen que se convoque una moción para tratar de desbancarla como líder de la formación. Más de una veintena de "tories" hicieron ayer pública ya esa petición, descontentos con un acuerdo que, afirman, mantendrá al Reino Unido demasiado integrado en las instituciones comunitarias tras su salida de la Unión Europea, prevista para el 29 de marzo. Algunos diputados conservadores anticipan la posibilidad que miembros del partido hayan enviado la carta exigiendo una moción de confianza sin anunciarlo, lo que permitiría alcanzar en breve el mínimo exigido para que May se someta a esa reválida interna. Para superar la moción necesitaría el apoyo de al menos la mitad de sus 315 diputados.

Fuentes cercanas al Gobierno citadas por Efe consideran que la facción de euroescépticos en el gabinete opta por mantenerse por el momento al lado de la primera ministra en un intento de presionarle en favor de volver a la mesa de negociaciones en Bruselas y buscar más concesiones, algo a lo que la UE no está dispuesta. Otro de los motivos para frenar los ataques contra May es la falta de candidatos claros para reemplazarla en un momento crítico, cuando el Reino Unido puede verse forzado a abandonar la UE sin un pacto en caso de que el Parlamento no respalde el acuerdo de 585 páginas hecho público esta semana.

A pesar de las turbulencias políticas, la primera ministra siguió adelante ayer con su defensa del pacto alcanzado con Bruselas y sustituyó a su dimitido ministro del "Brexit", Dominic Raab, por un abogado experto en seguros y servicios financieros, Stephen Barclay, de 46 años.

El nuevo titular trabajó en la City de Londres antes de ser elegido en 2010 como diputado conservador. Con esta designación, May elige para una de las carteras con mayor visibilidad de su gabinete a un político desconocido para la mayoría de los ciudadanos, que hasta ahora ejercía de secretario de Estado en el Ministerio de Sanidad.

Como los dos anteriores responsables del departamento del "Brexit", Dominic Raab y David Davis, Barclay defendió la salida del Reino Unido de la Unión Europea antes del referéndum de 2016. En comparación con Raab y Davis, el nuevo ministro del "Brexit" tendrá menos peso en los contactos con Bruselas para centrarse en los preparativos nacionales para la ruptura, mientras que aliados cercanos de May, como su asesor Olly Robbins, pueden cobrar mayor protagonismo en la última fase del diálogo con la UE.