El buque de salvamento marítimo "Aquarius", gestionado por Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée, ha lanzado un mensaje a los gobiernos europeos para que le permitan desembarcar, "en el lugar seguro más cercano" y cuanto antes, a los 141 migrantes y refugiados que llevan a bordo tras rescatarlos el pasado viernes cuando viajaban en dos pateras. Los náufragos que van en el "Aquarius" han relatado al personal de esas ONG que se encontraron en el Mediterráneo hasta cinco barcos que se negaron a prestarles ayuda.

El "Aquarius" fue el primero de los cuatro buques a los que ha concedido permiso para atracar el Gobierno socialista español. Llegó al puerto de Valencia el pasado 17 de junio con 630 migrantes, parte de los cuales viajaban en dos embarcaciones militares italianas que le dieron apoyo.

Las ONG responsables del "Aquarius" explicaron que los migrantes a los que han auxiliado proceden en su mayoría de Eritrea y Somalia y que en el grupo viajan 73 menores de edad, 67 de ellos sin un acompañante adulto.

"Aunque el estado médico de los rescatados es estable por ahora, muchos están extremadamente débiles y desnutridos. Son numerosos los que aseguran haber estado retenidos en condiciones inhumanas en Libia", informó MSF en un comunicado.

El "Aquarius" contactó durante las dos operaciones de rescate del viernes con "todas las autoridades competentes", incluidas las de Italia, Malta, Túnez e incluso Libia. Las autoridades libias emplazaron al barco a atracar en otro lugar, si bien las ONG han recordado que el país norteafricano "no está reconocido como un lugar seguro" y, por tanto, no devolverán allí a los migrantes en ninguna circunstancia.

El "Aquarius" navega ahora hacia el Mediterráneo norte para solicitar el desembarco. El coordinador de rescates de SOS Mediterranée, Nick Romaniuk, consideró "de máxima importancia" que "los supervivientes sean llevados cuanto antes a un lugar seguro donde puedan cubrir sus necesidades básicas y queden protegidos de abusos".