Al menos diez personas resultaron heridas ayer en un autobús que circulaba por la ciudad alemana de Lübeck, al norte del país, cuando uno de sus pasajeros sacó un cuchillo y atacó al resto del pasaje. Según informaciones de testigos presenciales recogidas por medios locales, el autobús estaba repleto de pasajeros que se dirigían a la localidad vecina de Travemünde cuando uno de ellos, un alemán de 34 años originario de Irán, tiró repentinamente su mochila al suelo, sacó un cuchillo con una hoja de 13 centímetros y comenzó a atacar a los presentes. El conductor del vehículo, que también resultó herido, abrió las puertas en cuanto se produjo la agresión para dejar que los pasajeros se pusieran a salvo. Un grupo de ellos consiguió, no obstante, reducir y retener al atacante, que fue detenido poco después por unos agentes de policía que se encontraban en la zona.

La Policía del estado de Schleswig-Holstein publicó poco después en Twitter que no evidenciaba "indicios de radicalización política" en el arrestado, ni tampoco pruebas de un "trasfondo terrorista" en el ataque. Previamente, el ministro de Interior de Schleswig-Holstein, Hans-Joachim Grote, había dicho ya que no creía que se tratara de un nuevo atentado terrorista.

El suceso, sin embargo, se produce en un momento de gran tensión en Alemania, país azotado estos últimos años por varios atentados e intentos de ataques islamistas, muchos de ellos con cuchillos y otras armas blancas. El caso más reciente sucedió el pasado mes de junio, cuando la policía anunció haber desmantelado un ataque con una "bomba biológica" después de arrestar a un tunecino, presuntamente vinculado con el grupo yihadista Estado Islámico (EI). El individuo en cuestión, de 29 años, llegó a Alemania en 2015 y trató de elaborar un artefacto de detonación con para liberar un veneno.

A finales de julio de 2017, un solicitante de asilo cuya demanda había sido rechazada mató a puñaladas en un supermercado a una persona e hirió a otras seis, en una acción motivada según la justicia germana por el "islamismo radical". A lo largo del año anterior, en 2016, el EI reivindicó también un asesinato en Hamburgo, un atentado con bomba en Ansbach que dejó 15 heridos y un ataque con un hacha ocurrido en un tren en Baviera, que se saldó con cinco heridos.

Pero el atentado más grave ocurrido hasta la fecha en el país germano fue el atropello masivo que se produjo en un mercadillo de Navidad en Berlín, en diciembre de 2016, también reivindicado por el EI y con12 personas muertas.

Varios de estos actos fueron cometidos por solicitantes de asilo, lo que le costó a la canciller, Angela Merkel, fuertes críticas a sus políticas de asilo, generando también un auge de los discursos antiinmigración en el país. Alemania aprobó, además, una nueva serie de medidas para reducir la inmigración hace escasamente dos semanas, exigidas por los socios de gobierno de Angela Merkel.