La primera ministra británica, Theresa May, sorprendió ayer aceptando todas las enmiendas planteadas por los diputados más euroescépticos contra el Libro Blanco en el que recogió la semana pasada su plan para el 'Brexit'. De todas ellas, la enmienda más relevante es la que veta que la Hacienda británica recaude impuestos en nombre de la Unión Europea, lo que pondría en peligro la creación de un área de libre comercio con Bruselas y establecería una frontera dura en Irlanda.

May, que ya advirtió el pasado domingo a los diputados disidentes de su partido que no apoyarla en la Cámara de los Comunes podría provocar que el 'Brexit' no se produjera, aseguró estar "contenta de escuchar las preocupaciones de los colegas" en respuesta a las acusaciones de haber dado marcha atrás en su proyecto para un 'Brexit blando', aparentando ahora ceder ante los partidarios de una ruptura radical. Una decisión que suscitó la crítica tanto de la oposición laborista como de los conservadores partidarios de una salida suavizada, generando aún más inestabilidad para el Ejecutivo británico.

Este cambio de rumbo se produjo pocas horas después de que el exministro de Exteriores, Boris Johnson, asegurara que al Gobierno de May le falta "confianza" en que el Reino Unido pueda sobrevivir fuera de la UE.

Por otra parte, el ministro británico de Comercio Internacional, Liam Fox, aseguró ayer que Londres someterá a consulta pública "todos los posibles futuros acuerdos comerciales" posteriores al 'Brexit', a fin de hacer partícipe a la ciudadanía británica de la futura política económica del país. Un portavoz del Gobierno, además, aseguró que el Ejecutivo no planea celebrar un nuevo referéndum sobre el 'Brexit' bajo ninguna circunstancia.

"Quiero que la gente se sienta parte de este proceso, y que los beneficios del libre comercio se compartan en todo el Reino Unido", declaró Liam Fox.

Este criticado por algunos diputados por hacer su declaración parlamentaria ayer y no hoy, cuando los Comunes deben votar el proyecto de ley de Comercio, que, entre otras cosas, sentará las bases para los tratados posteriores a la medida para la salida dela UE.