Polonia ignoró ayer el procedimiento de infracción que le ha abierto la Comisión Europea por su controvertida reforma del poder judicial y su presidente, Andrzej Duda, anunció que la presidenta del Supremo, Malgorzata Gersdorf, abandonará hoy el cargo al haber cumplido la edad de jubilación que establecen las nuevas disposiciones. Está previsto que Józef Iwulski sea su sustituto.

La reforma rebaja la edad de jubilación de los 70 a los 65 años, lo que fuerza el retiro de 27 de los 72 magistrados que componen el órgano judicial. Gersdorf, muy crítica con el partido del Gobierno, el ultranacionalista Ley y Justicia, se reunió ayer con Duda y al término del encuentro anunció que hoy irá a trabajar, argumentando que, según la Constitución, su mandato dura hasta 2020.

Según la nueva ley, los jueces que quieran seguir en activo deben comunicárselo a Duda, muy próximo a Ley y Justicia, quien tiene la potestad de mantenerlos en sus puestos tres años más.

Al menos 16 jueces de 65 años o más edad han pedido continuar en el cargo y remitido los certificados médicos requeridos para demostrar que son aptos para continuar con sus funciones.

Los futuros nuevos jueces del Supremo serán nombrados previsiblemente después del verano por el Consejo Nacional de la Judicatura, un órgano cuyos miembros son elegidos (gracias a la nueva ley) por el Parlamento, controlado a la postre por el partido Ley y Justicia.