La amplia victoria en las presidenciales turcas del domingo del jefe de Estado, Recep Tayyip Erdogan (52,59%), le vuelve el dirigente turco con más poder desde Mustafa Kemal (1881-1938), más conocido como Ataturk, el fundador de la Turquía moderna tras la descomposición del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial.

Con el inicio de su nuevo mandato entrará en vigor la reforma constitucional aprobada en 2017, que da a Erdogan, además de la presidencia, la jefatura del Gobierno, el control sobre la cúpula judicial y una amplia capacidad para gobernar por decreto. Este refuerzo de poderes llega en el marco de represión y extensas purgas que mantiene Erdogan desde el fallido golpe de Estado de 2016.

El 52,59% obtenido ha evitado al líder islamista una segunda vuelta en la que toda la oposición se habría unido en torno al candidato del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Muharrem Ince, que el domingo quedó segundo (30,64%).

En las legislativas, simultáneas a las presidenciales, se impuso con claridad (53,66%) la Alianza del Pueblo -integrada por el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan y por el Movimiento Nacionalista (MHP)- lo que permitirá al presidente, que lleva en el poder desde 2002, desarrollar su agenda política y económica.

Pese a que Occidente observa con desconfianza a Erdogan desde hace años, y en particular desde el fallido golpe contra él, el líder turco recibió ayer parabienes y ofertas de colaboración, incluida la de la OTAN. Sin embargo, tanto la UE como los observadores de la OSCE resaltaron que, sin detectarse irregularidades graves, los comicios presentaron la anomalía de que los rivales de Erdogan no tuvieron sus mismas posibilidades de hacer campaña, por el control gubernamental sobre los medios.

La Casa Blanca pidió a Turquía "dar pasos para fortalecer la democracia" tras la amplia victoria del mandatario Recep Tayyip Erdogan en las elecciones.

"Estamos trabajando para coordinar una llamada entre el presidente (de EEUU) y el presidente de Turquía para reafirmar nuestro fuerte lazo", dijo a reporteros la portavoz de la Casa Blanca Sarah Sanders, quien también aseguró que Washington "motiva a Turquía a dar pasos para fortalecer la democracia".