Al menos una persona resultó ayer muerta y varias más quedaron heridas en Estados Unidos al abalanzarse un vehículo contra una manifestación antifascista en la localidad de Charlottesville (Virginia), de 45.000 habitantes. Izquierdistas y supremacistas blancos neonazis se enfrentaron durante horas con dureza en las calles de la localidad, en la que fue declarado el estado de emergencia tras unos choques calificados como los mayores en años.

Los supremacistas, que conocen un notable repunte de actividad desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se habían concentrado para protestar contra el derribo por las autoridades de la ciudad de la estatua del general confederado Robert E. Lee, símbolo de la era esclavista en el sur de Estados Unidos.

La concentración, prohibida, fue replicada con una marcha contraria convocada por varios grupos -entre ellos el izquierdista "Antifa" y el afroamericano "Black lives matter"-, que desembocó en duros encontronazos. Numerosas personas fueron detenidas tras intervenir la Policía, que hizo frente a los manifestantes con gases lacrimógenos.

El presidente Trump condenó los incidentes en un tuit en el que rechazó "todo lo que representa el odio" y llamó a la "unidad" de todos los estadounidenses.

Horas antes, Trump añadió un nuevo eslabón a su cadena de estruendosas declaraciones de los últimos días. Tras Corea del Norte, ayer le llegó el turno a Venezuela.

El magnate afirmó que no descarta una "opción militar" como salida a la crisis que atraviesa el país, que, en su opinión, se encuentra sumido en un "lío muy peligroso". Se trata de la primera amenaza militar de Trump al régimen chavista.

"Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluida una posible opción militar si es necesario", dijo Trump en su club de golf de Bedminster (Nueva Jersey), donde pasa sus vacaciones, tras reunirse con el secretario de Estado, Rex Tillerson; el consejero de Seguridad Nacional, general H. R. McMaster; y la embajadora ante la ONU, Nikki Haley.

"No voy a descartar una opción militar (...). Una opción militar es algo que, ciertamente, podemos emprender", subrayó el presidente de EE UU ante los periodistas. "Tenemos tropas en todo el mundo, en lugares que están muy lejos. Venezuela no está muy lejos. Y la gente está sufriendo y están muriendo", agregó Trump.

Las palabras del inquilino de la Casa Blanca tomaron por sorpresa a su departamento de Defensa (Pentágono), que aseguró no haber recibido ningún tipo de consigna sobre Venezuela. "El Pentágono no ha recibido ninguna orden referente a Venezuela (...). Si se nos pide, estamos preparados para ayudar al Gobierno a proteger nuestros intereses nacionales y a nuestros ciudadanos", dijo en un comunicado un portavoz de la secretaría de Defensa.

Las amenazas de Trump fueron respondidas de inmediato por el régimen de Caracas. "Yo digo que esto es un acto de locura, de supremo extremismo. Hay una élite extremista del gobierno de los EE UU, (con la) que realmente no sé qué está pasando, qué va a pasar en el mundo, si es que se va a acabar con la humanidad, con el planeta Tierra, con todos sus recursos", declaró el ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino López.

En Extremo Oriente, que vive una creciente escalada de tensión entre Corea del Norte y EE UU, Japón terminó ayer de instalar un sistema antimisiles tras la amenaza de Pyongyang de lanzar cuatro misiles hacia la isla estadounidense de Guam (Pacífico), que sobrevolarían territorio nipón. Por su parte, el régimen norcoreano aseguró que 3,5 millones de jóvenes y soldados retirados han solicitado alistarse para luchar contra EE UU. China pidió "contención" a ambas potencias.