El Papa Francisco instó ayer a los Gobiernos de todo el mundo a sacar a los inmigrantes y refugiados de los centros donde se encuentran, argumentando que muchas de estas instalaciones se habían convertido en "campos de concentración". Así lo hizo saber el pontífice durante una visita a la basílica de San Bartolomé de Roma, donde se reunió con grupos de inmigrantes.