François Hollande, presidente de Francia, anunció ayer que los 7.000 inmigrantes del poblado conocido como "jungla de Calais", junto al canal de la Mancha, serán reubicados por todo el país y que se desmantelarán las chabolas en las que viven. Explicó que se habilitarán unas 9.000 plazas de acogida en "centros de recepción y orientación". Los extranjeros serán distribuidos en grupos durante un periodo de tres a cuatro meses, añadió. Quienes cumplan con los requisitos para la concesión del asilo podrán quedarse en el país, el resto serán deportados, subrayó.