El Parlamento de Venezuela, en el que la oposición al chavismo tiene la mayoría, y el Tribunal Supremo, fiel a las consignas del oficialismo, se encaminan a un choque frontal de consecuencias imprevisibles. La primera de ellas se produjo ayer por la tarde (hora española) cuando una sesión de la Asamblea Nacional quedó sin celebrarse por falta de quórum ante la inasistencia de chavistas y opositores.

En la sesión anulada, la minoría gubernamental preveía presentar un "decreto de emergencia económica" propuesto por el presidente, Nicolás Maduro, mientras que la oposición debía presentar, entre otras propuestas, una ley de amnistía para liberar a los políticos encarcelados.

La inasistencia de los diputados se produjo apenas doce horas después de que el Tribunal Supremo declarase en "desacato" al nuevo Parlamento, por haber aceptado la toma de posesión de tres diputados opositores cuyos resultados electorales se encuentran impugnados por el oficialismo y sobre los que pesa una sentencia provisional de suspensión de sus cargos dictada por el propio Supremo.

El Supremo declaró además "nulos absolutamente" todos los actos de la Asamblea Nacional que se hayan dictado o dicten mientras continúen en ella los tres diputados, del estado de Amazonas, suspendidos cautelarmente.

El diputado oficialista y expresidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello planteó ayer, tras la suspensión de la sesión parlamentaria, que el Supremo asuma las funciones del poder Legislativo mientras este, dijo, mantenga su "desacato".

"Si no lo hace la Asamblea Nacional alguien tiene que hacerlo, porque el Estado no se va a paralizar, el constituyente fue sabio, dejó eso en manos del TSJ", dijo a los periodistas Cabello, quien recordó que el máximo órgano judicial venezolano "ya ha hecho" antes esta función.