El expresidente del Gobierno Felipe González llegó ayer a Caracas a las seis de la tarde (hora española) para sumarse a la defensa de los líderes opositores presos Leopoldo López y Antonio Ledezma. Al aeropuerto "Simón Bolívar" acudieron a recibirle la esposa de Ledezma, Mitzy Capriles; la madre de López, Antonieta Mendoza, y el embajador de España en Venezuela, Antonio Pérez Hernández.

"Todo ha ido bien, como con cualquier ciudadano", comentó el exjefe de Gobierno a los medios. González explicó que había entrado en el país caribeño sin problemas y recibido el mismo trato que un visitante cualquiera.

El expresidente, que ha pospuesto en varias ocasiones su viaje -la última vez por el aplazamiento de la vista de López, que está en huelga de hambre-, fue declarado "persona non grata" por el Parlamento venezolano, el pasado 21 de abril, por "intentar interferir en los asuntos internos" del Gobierno de Nicolás Maduro.

Esta decisión del Legislativo abrió un periodo de gran tensión entre Madrid y Caracas y Maduro llegó a acusar a Mariano Rajoy de apoyar el "terrorismo" en Venezuela, lo que molestó sobremanera al Gobierno, que llamó a consultas a su embajador.

El Ejecutivo chavista alega que González no puede ejercer la abogacía en Venezuela, pero las familias de los dirigentes opositores alegan que su labor será la de un "asesor técnico externo".

El sábado, Maduro llamó a sus simpatizantes a reunirse en puntos emblemáticos de todos los municipios del país para protestar por la visita de González. La televisión estatal promueve el uso de la etiqueta "#felipefueradeaqui" en las redes sociales.

Coincidiendo con el anuncio de esta campaña, Maduro comunicó que aplazaba su viaje al Vaticano, donde iba a reunirse ayer con el papa Francisco, que ha aceptado mediar en la crisis política venezolana a petición del Club de Madrid, formado por exmandatarios como el español.

González dijo al llegar ayer a Caracas que su objetivo es "ver a la familia" de los presos y "si fuera posible a Leopoldo y Antonio". No dio detalles sobre sus planes, que no incluyen "ningún contacto" con las autoridades.