El Senado de EE UU continuó ayer su debate sobre la reforma de la Ley Patriot, varias de cuyas disposiciones expiraron el domingo a medianoche sin que se hubiera llegado a un acuerdo para reemplazarlas o prorrogarlas, toda vez que una mayoría bipartidista pretende modificar las que afectan a la recogida masiva de datos telefónicos, sacada a la luz hace casi dos años.

Las disposiciones derogadas deberían ser sustituidas por otras, ya aprobadas abrumadoramente en la Cámara de Representantes, que eliminan la recogida masiva de datos, pero conservan otras herramientas de vigilancia para recabar datos de inteligencia con propósitos antiterroristas.

La parálisis de la reforma en el Senado ha sido el resultado de la acción de dos oponentes con argumentos completamente opuestos: el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, quien pretendía dejar la Ley Patriot íntegra; y el libertario Rand Paul, firme opositor de estas políticas de espionaje.