La fragata española “Numancia” evitó ayer un nuevo ataque pirata en su primera misión en las aguas del Golfo de Adén en el marco de la Operación Atalanta contra la piratería. El buque español, que el pasado lunes relevó a la fragata “Victoria”, interceptó un esquife, un barco pequeño que se lleva en el navío para llegar a tierra, entre otros usos, con seis presuntos piratas a bordo, y que persiguió a corta distancia al carguero “MSC Lucía”, de bandera panameña, informó el Ministerio de Defensa español en un comunicado.

En la tarde del jueves se recibió a bordo de la “Numancia” una llamada de socorro por el canal radiomarítimo de emergencias procedente del navío panameño, que se encontraba a pocas millas de distancia. Tras confirmar la información de que el mercante estaba siendo perseguido a corta distancia por un esquife sospechoso, la fragata española puso rumbo a la zona a toda máquina, alertando a su personal.

Cuando la “Numancia” se aproximaba a la zona, la presunta embarcación pirata se alejó con gran rapidez. No obstante, fue posible localizarla y seguirla, en parte gracias a los sistemas de visión por infrarrojos que lleva el buque. Ante la presencia de la fragata, los piratas tiraron por la borda diversos objetos, entre ellos una escala, que habitualmente se utiliza para abordar embarcaciones.

Cuando el buque de la Armada ya estaba en sus proximidades, el esquife intentó evadirse con maniobras agresivas, lo que motivó que se efectuaran advertencias por altavoz y disparos de bengalas, así como varios disparos de intimidación por su proa. Así se consiguió detener el esquife para, a continuación, enviar el equipo de visita y registro, compuesto por once militares especialmente armados y adiestrados para estas funciones.

A bordo de la embarcación interceptada se encontraron numerosos bidones de combustible, aunque no se localizó material para cometer actos de piratería, ya que posiblemente fue también arrojado al agua. Una vez comprobadas las características de la embarcación y recabados datos sobre sus tripulantes, se procedió a continuar con las labores de vigilancia por la zona de operaciones. Por su parte, el buque mercante inicialmente perseguido agradeció “efusivamente” la actuación de la fragata, según el comunicado.

Al frente de la Operación Atalanta de la UE se encuentra el capitán español Juan Manuel Garat Caramé, que el mismo lunes relevó al comodoro griego Antonios Papaioannou.

La fuerza aeronaval europea está compuesta por ocho fragatas, dos aeronaves y unos 1.200 efectivos de distintos países europeos. Además de la “Numancia”, España aporta el petrolero de flota “Marqués de la Ensenada” y el avión de patrulla marítima P-3 Orión.

Italianos capturados

Por otro lado, un remolcador con bandera italiana, con diez italianos entre los dieciséis miembros de la tripulación, fue secuestrado ayer por piratas en el Golfo de Adén, confirmaron fuentes del Gobierno italiano, citando a la Unidad de Crisis de este departamento.

Se trata del remolcador “Buccaneer”, propiedad de la empresa Micoperi, de Rávena (costa adriática italiana), que fue asaltado y secuestrado por un número de momento desconocidos de piratas cuando se encontraba a 60 millas del Golfo de Adén, entre Somalia y Yemen.

El dueño de Micoperi, Claudio Bartolotti, confirmó a los medios locales que el remolcador, de 75 metros, se dirigía desde Singapur hacia el canal de Suez, declinando añadir más datos.

Nada se sabe, por otro lado, de Richard Phillips, capitán estadounidense del Maersk Alabama, secuestrado el pasado jueves y que navega junto a sus captores en el interior de un bote salvavidas con el que intentó, al parecer, escapar de la nave secuestrada.Líderes tribales somalíes y familiares de los piratas que mantienen secuestrado a Phillips se han ofrecido a negociar su liberación. Los ancianos, encabezados piden, para buscar la solución pacífica al secuestro, “una garantía escrita de que podrán regresar seguros y libres a Somalia”.