El interrogatorio, que comenzó a las 10.00 hora local (7.00 GMT) y terminó pasado el mediodía, se llevó a cabo en la residencia oficial del jefe del Gobierno, donde hubo una "gran tensión" entre los agentes y Olmert, según la edición electrónica del diario "Yediot Aharonot".

Fuentes policiales dijeron que el primer ministro fue advertido formalmente de que es sospechoso y, como tal, de que cualquier información que dé a partir de ahora podrá ser utilizada en su contra durante el proceso judicial.

Olmert es investigado por la Policía por sus relaciones con el empresario estadounidense Morris Talansky, quien ha confesado que entregó al primer ministro israelí unos 150.000 dólares.

Talansky, que presentará testimonio por segunda vez el próximo día 17, también financiaba supuestamente algunos de sus lujos, como viajes al extranjero.

A cambio de estas contribuciones, el actual primer ministro israelí le habría ayudado en sus negocios particulares.

El supuesto soborno se produjo cuando Olmert era alcalde de Jerusalén y ministro de Finanzas, entre 1993 y 2003, aunque algunas de las presentadas como "donaciones" se remontan a incluso antes.

El tercer interrogatorio del primer ministro israelí sigue a la misión que la Policía envió a Estados Unidos para recoger testimonios y pruebas de otros testigos, según fuentes locales, tan contundentes que Olmert no podrá escapar de los tribunales.

El diario "Haaretz" informa hoy, citando fuentes policiales, que "las pruebas recogidas son muy serias y que cualquier otra persona ya hubiera sido detenida".

Presiones dentro y fuera de su partido han convencido a Olmert de que en septiembre próximo se celebren elecciones internas en Kadima para elegir a un nuevo dirigente, que será su sustituto como candidato a primer ministro en cualquier contingencia política que pueda provocar su dimisión.