Las tropas llevaron a cabo una redada ayer en una granja cerca de Rawonay, en la provincia meridional de Kandahar, en busca de los casi 900 prisioneros que se fugaron de una cárcel de la capital de la provincia con el mismo nombre tras un asalto talibán.

Las fuerzas de EEUU bombardearon el complejo después de que los insurgentes atacaran a las tropas con armas ligeras, según la nota.

Quince supuestos talibanes murieron y cinco sospechosos fueron detenidos, según la comandancia estadounidense, que añade que "no está confirmado" que ni las víctimas mortales ni los arrestados fueran fugitivos de la cárcel de Kandahar.

Un grupo de insurgentes hizo chocar un camión bomba contra la entrada principal de la mayor prisión de Kandahar el pasado día 13 y penetró en el complejo para liberar a los presos.

Las autoridades calculan que entre los fugitivos se hallan 390 talibanes.

Las tropas internacionales y afganas iniciaron ayer una operación en la zona para capturar a los fugitivos.

Junto a Helmand, Kandahar es uno de los feudos de la insurgencia talibán, que se han hecho fuertes en el sur, donde predomina la etnia pashtún, la propia de los talibanes.

Los combates entre las fuerzas internacionales y afganas y los rebeldes son constantes, en especial en el tercio meridional del país.

En lo que va, de año, más, de 1.500 personas han muerto a causa de la violencia en Afganistán.