Durante un discurso en la Gran Asamblea Nacional de Turquía, Barroso recordó que el camino a la Unión tampoco fue fácil para otros países, como el Reino Unido, cuya adhesión fue rechazada en dos ocasiones, o España y Portugal, que sólo fueron aceptados como miembros tras largas campañas negativas en otros países.

Por ello, Barroso dijo que Turquía será aceptada en la UE tras terminar el proceso negociador y con los votos de todos los países miembros del club y el suyo propio.

El presidente de la Comisión Europea comenzó su discurso subrayando la importancia geoestratégica de Turquía como guardián de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos, y afirmó que las relaciones turco-europeas se han ido profundizando desde la fundación de la UE.

"Ambos contribuimos a un mundo más seguro. Sabemos que la profesionalidad y las capacidades del ejército turco son muy importantes", dijo Barroso, quien subrayó el papel de Ankara en sus relaciones con el mundo musulmán y como modelo alternativo al fundamentalismo.

"En nombre de la estabilidad y la democracia, Turquía está jugando un papel muy importante en la región más inestable del mundo", señaló.

Los analistas turcos calificaron de inmediato este discurso como "una introducción a la UE" para los diputados turcos, al haber intentado el presidente de la CE explicarles que el amor por el propio país no entra en contradicción con el trabajo con otros ideales comunes, como la democracia y la libertad.

Por su parte, los parlamentarios respondieron con aplausos al presidente de la Comisión cuando éste aseguró que la UE tiene puesta su atención en la amenaza terrorista a Turquía y definió al grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) como "una organización, sin duda, terrorista".