El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, afirmó ayer que vetará un proyecto de ley que exige la salida de las tropas estadounidenses de Irak para antes del 1 de septiembre de 2008, aprobado poco antes por la Cámara de Representantes. "Yo lo vetaré si lo envían a mi despacho", dijo Bush en una breve aparición pública, al rechazar las presiones de los demócratas que controlan el Legislativo.

El proyecto de ley "posterga la entrega de recursos vitales que necesitan nuestras tropas" para completar su misión en Irak, dijo el mandatario, quien calificó la votación de ayer como "una dejación de responsabilidades" de los demócratas.

Bush dijo que la medida contiene además gastos que no guardan relación con lo que él solicitó, impone calendarios artificiales para la misión en Irak y, debido al escaso margen con que fue aprobada, "no tiene posibilidad de convertirse en ley... y se mantendrá mi veto".

El proyecto de ley de gastos suplementarios para Irak en el año fiscal en curso fue aprobado con 218 votos a favor y 212 en contra -y uno que votó "presente"-, y es el mayor desafío de los legisladores a la estrategia político-militar del presidente Bush en ese país.

Con esta medida, los demócratas pretenden poner contra las cuerdas al Ejecutivo ya que, por un lado, han aprobado incluso una suma mayor de la que había pedido el mandatario estadounidense pero, por otro, imponen condiciones para la entrega de los fondos que necesitan las tropas sobre el terreno.

Por su parte, Bush se ha atrincherado en su posición de que no aceptará ningún tipo de condiciones y que su objetivo, en todo caso, es lograr la estabilidad en el país árabe.

El debate y votación de la medida reflejó las divergencias filosóficas entre demócratas y republicanos sobre cómo resolver el atolladero en Irak donde la violencia es moneda corriente y no parece tener fin.