Junio empezó con los Estados miembro de la Unión Europea votando a favor de prohibir cualquier coche que no fuera eléctrico a partir de 2035. Seguirán semanas de negociaciones, debates y matices que, al final, conformarán la ley definitiva. Por ejemplo, Italia, Eslovaquia, Portugal, Bulgaria y Rumanía pidieron hace unos días una moratoria hasta 2040. Negocian los países por un acuerdo que afectará a toda la industria de la automoción, un sector que, satisfaciendo a los políticos, se está electrificando, pero que no ve nada claro un futuro 100% eléctrico.

De momento, según las últimas informaciones, Italia ya no será un escollo para la negociación. El país transalpino pedía más esfuerzos para el despliegue de cargadores y medidas específicas para sus marcas más famosas: Ferrari y Lamborghini. Finalmente, Italia aceptó la fecha de 2035 gracias a dos propuestas de Francia y Alemania. El país galo propuso definir objetivos de descarbonización específicos para las firmas de superdeportivos, aunque deberán ser 100% eléctricas en 2035, mientras que Alemania propuso que los vehículos que usaran carburantes neutrales en emisiones sean legales, abriendo la puerta a la combustión, cero emisiones eso sí, más allá de la fecha final.

En conclusión, Europa sigue avanzando hacia un horizonte para el que quedan solo 12 años y medio, pero en el que parece que las emisiones del transporte serán ya cosa del pasado con la electrificación dominando el panorama automovilística europeo.

Stellantis advierte sobre el coste de los eléctricos

Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ya expuso sus dudas y miedos ante el futuro de la electrificación en el evento Future of the Car 2022, pero tras las nuevas noticias sobre la prohibición de la combustión, el grupo, formado por 14 marcas como Fiat, Alfa Romeo, Citroën, Peugeot, Opel, Jeep o Ram, entre otras, ha añadido más leña al fuego, esta vez relacionada con los precios de los coches.

La inflación la estamos viviendo todos a nuestro nivel, pero para la industria de la automoción es un mazazo que podría poner en jaque a varias compañías. Como adelantó Neomotor, la subida de precios puede retrasar la equiparación de precios entre los eléctricos y los coches de combustión. Stellantis, a través de Arnaud Deboeuf, director de producción, alertó que “si los coches eléctricos no se abaratan, el mercado colapsará”.

Esto va mucho más allá del argumento fácil del “pues que los vendan más baratos”. Cabe recordar que Stellantis, como Volkswagen, Renault y otros muchos grupos, están invirtiendo miles de millones en producir eléctricos, adaptar sus fábricas, comprar o producir baterías -más caras en 2022 que en 2021-, dinero que deben recuperar en la venta del coche para generar un retorno de esa inversión y un beneficio que estabilice sus operaciones. La tan deseada equiparación de precios permitiría a la electrificación alcanzar volúmenes de seguridad, pero por contra el precio está subiendo, provocando una ralentización crítica del mercado eléctrico.

Volkswagen sufre por las baterías

El mismo Carlos Tavares dijo este miércoles que parecía que los políticos “no se preocupaban” por la realidad de la industria, por si los fabricantes tenían suficientes materias primas para garantizar la electrificación. En esa misma línea se pronunció el Grupo Volkswagen, a través de Arno Antlitz, su director financiero, en la agencia Reuters, alegando que consideraban que la provisión de baterías un mayor reto que la prohibición misma de los coches de combustión en 2035.

“Todavía creemos que es posible”, dijo Antlitz sobre la electrificación total para 2035, “pero será un reto muy grande”, añadió antes de matizar que “lo más complicado no será incrementar la producción de coches, sino de baterías”. Las marcas de coches están invirtiendo mucho dinero en firmar contratos para asegurarse cierta provisión de baterías o en levantar plantas, como el caso de Volkswagen, para producirlas. Pero las materias primas son finitas y las explotaciones están en su mayoría controladas por unos pocos actores importantes, la mayoría en China. Tavares, en el Future of the Car, vaticinó escasez de baterías tan pronto como para 2024 o 2025, momento en el que muchas marcas incrementarán su producción de eléctricos.

Con todo, la industria del automóvil, que cree decididamente en la electrificación, considera que se deberían estudiar todas las variables y todas las posibilidades, como el hidrógeno, ya sea en pilas de combustible o motores de combustión, o los combustibles neutrales en emisiones. Los políticos siguen con su discurso, ya sabemos que lo que más les importan son los votos, pero la automoción pide un debate del que salgan decisiones que se adapten a la realidad.