La cofradía de Boiro en quiebra técnica: “Si no hay ayudas, habrá ERTE”

Suso Souto

La preocupante escasez de recursos en las rías gallegas está causando estragos en el sector marisquero. El cese de actividad ha dejado al sector a expensas de unas ayudas oficiales que tardan en llegar, que resultan insuficientes y a las que no todos los afectados tienen derecho. Pero hay una consecuencia añadida: también el funcionamiento de algunas cofradías empieza a resentirse.

Es el caso de la cofradía boirense de Cabo de Cruz, cuyo patrón mayor, Jesús Pérez Dieste, asegura que el pósito “está en quiebra técnica” debido a la falta de ingresos en la lonja desde que el pasado día uno de enero se acogiese al cese de actividad en el marisqueo a pie (al que se dedican 194 profesionales) y el día 4 se hiciese lo mismo para el sector de a flote (al que están adscritos 140 mariscadores del municipio).

La cofradía había depositado sus esperanzas en una ayuda de la Consellería do Mar de 150.000 euros destinada a vigilancia y que le permitiría resistir unos meses, al menos hasta junio, que es cuando se prevé poder retomar la actividad extractiva.

Pero la Consellería le ha denegado esa ayuda. “Pero, sin esa subvención, estamos abocados a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), porque no podríamos pagar las nóminas de los 14 trabajadores de la cofradía”, explica al respecto el patrón mayor.

Pero el ERTE no es una amenaza, sino una realidad, en la cofradía de Noia, que ya lo aplicó en noviembre a 69 de sus 95 trabajadores (la mayoría de ellos, personal de las lonjas). En A Pobra, la situación es “preocupante”, según el patrón mayor, Enrique Maceiras, que explica que “el ERTE es una opción que estamos estudiando y que probablemente aplicaremos”.

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