La flota podrá pescar en 2023 la mayor cuota de anchoa del Cantábrico en años

Francisco L. Jiménez

El ejercicio pesquero recién iniciado presenta algún que otro nubarrón –como la práctica imposibilidad de capturar jurel o el veto a la pesca de fondo– pero también se vislumbran grandes posibilidades en otras especies de gran interés comercial, como el bocarte (el que debidamente conservado se transforma en anchoa). El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación valora la excelente situación biológica de la especie en el Cantábrico tras hacerse pública la recomendación del Consejo Internacional para la Explotación del Mar (ICES, por sus siglas en inglés), que va a permitir situar la cuota disponible en el Golfo de Vizcaya en 2023 entre las más altas desde la reapertura de esta pesquería en 2010.

La recomendación de ICES, dada a conocer hace pocos días, indica que la biomasa de la anchoa se mantiene “en los niveles históricos de los últimos años, entre los más altos de la serie histórica conocida”. Cabe recordar que desde que se produjo el cierre de la pesquería, entre el año 2005 y 2009 por la mala situación biológica de la población, se ha venido constatando un continuo incremento de la biomasa, lo que ha confirmado la plena recuperación de la especie, algo similar a lo que sucede ahora con la sardina.

Con esta situación, el ICES recomienda un Total Admisible de Capturas (TAC) de 33.000 toneladas, la misma cifra de los últimos años y que corresponde a la aplicación de la regla de gestión que se viene utilizando. Por ello, próximamente la UE actualizará con esta cifra la adoptada provisionalmente en el pasado Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca del 11 y 12 de diciembre.

De este modo, y a la espera de la posible renovación de los acuerdos que se vienen articulando entre los sectores pesqueros español y francés desde la reapertura de la pesquería, a España le correspondería el 90% del TAC, es decir, 29.700 toneladas. Por primera vez desde el año 2016 la cuota disponible se verá únicamente deducida en 180 toneladas, provenientes del pago de la multa por la sobrepesca de caballa (xarda) que se ha venido aplicando a España desde hace años, y que en ejercicios anteriores suponía una mayor deducción, concretamente de 3.696 toneladas anuales.