El Ministerio de Transición Ecológica cree que la inclusión de la tintorera en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) traerá problemas no solo a la flota de palangre. La directora general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, María Jesús Rodríguez, reconoció ayer que su departamento sufrirá para expedir los certificados necesarios si esto se produce. “El volumen de capturas es infinitamente mayor que el marrajo [la especie incluida en 2019 y que ya generó muchas dificultades] y ahora mismo no habría personal suficiente para gestionar este operativo por la enorme carga de trabajo que supone”, indicó.

Rodríguez se expresó así en la conferencia organizada por la Organización de Palangreros de A Guarda (Orpagu), en la que también avisó se opuso a la inclusión del escualo en la lista Cites y en la que avisó que podrían verse obligados a solicitar “apoyo a nivel territorial, en los puntos de entrada del pescado” para agilizar la certificación.

“Sufrimos el desconocimiento absoluto que tienen las administraciones y ciertos organismos internacionales de nuestra flota”, recalcó por su parte el presidente de Orpagu, Joaquín Cadilla.

En la jornada también participó José Carlos Báez, experto del Instituto Español de Oceanografía (IEO), que resaltó el papel del palangre, que realiza “una actividad legal, legítima y sostenible y a la que le ha tocado lidiar con bastantes bulos”. Además, explicó los motivos de la inclusión en 2019 del marrajo en el Apéndice II del Cites: “Todo fue por un cambio de concepto en el modelo relativo a la edad de maduración, que provocó que el marrajo pasara de ser sostenible a considerarse que estaba en peligro”.