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La flota de Malvinas cierra campaña y se enfrenta al arancel pos-Brexit

El “Monteferro” en una descarga en marzo junto al reefer “Frio Chikuma”. | CRAIG THAIN

La flota que opera en Malvinas está ya de regreso a Vigo. A finales de mes los grandes arrastreros que tienen su base en la ciudad olívica volverán con las bodegas cargadas de calamar Loligo tras superar la primera de las dos campañas del año en aguas del archipiélago del Atlántico sudoccidental. El COVID respetó a la flota tras una salida complicada (dos buques tuvieron que parar en Brasil e Uruguay antes de empezar tras sendos brotes a bordo) y los 16 buques lograron pescar 58.500 toneladas del cefalópodo, lo que significa el doble que en la primera zafra de 2020 y una cantidad por encima de lo que los armadores dan por bueno para todo el año (entre 40.000 y 50.000 toneladas). Sin embargo, las empresas tendrán que lidiar ahora con otro problema: los aranceles pos-Brexit. Las islas no están incluidas en el acuerdo firmado en diciembre por Londres y Bruselas, por lo que los importadores sufrirán las tarifas correspondientes. Según fuentes del sector consultadas, la “injusta” situación “afectará directamente al margen de las empresas”, por lo que no se prevé que repercuta en los precios medios a corto-medio plazo.

La flota firmó una primera campaña muy similar a la de 2019

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Esta primera campaña concluyó el pasado 28 de abril. Los datos que maneja el Departamento de Recursos Naturales del Gobierno isleño cifra las capturas de Loligo totales hasta la fecha en 58.578 toneladas, un volumen muy similar al que se consiguió en la primera de 2019 y también en todo el pasado año, cuando se firmó la cantidad más baja desde 2016 (con 60.737 toneladas). “Los cuatro últimos años se mantienen unas medias buenas, con buena gestión pesquera; el caladero está en buenas condiciones”, trasladan fuentes de los armadores de Vigo.

A la espera de que el mercado se ajuste ante la abundante cantidad del cefalópodo que llegará a la industria en las próximas semanas a Vigo (a la ciudad llega en torno al 90% de las exportaciones pesqueras de Malvinas) o Marín, las empresas se preparan para los aranceles. Los intentos para que la situación especial del archipiélago (por su alta dependencia de la pesca y el mercado comunitario) figurase en el acuerdo de la UE con el Reino Unido no fructificaron y Malvinas, como el resto de territorios de ultramar, se quedó fuera del pacto. Desde entonces, Gobierno isleño, Ministerio de Pesca español y sector trabajan para intentar lograr un contingente arancelario de calamar patagónico para aliviar a las firmas.

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“Se está trabajando en ello, pero es complicado porque los contingentes se negociaron el año pasado para tres años”, explica una de las armadoras afectadas.

La solución del contingente arancelario se intentó mover ya antes de esta primera campaña para que pudiera aplicarse cuanto antes. El sector ya da por perdida esta posibilidad e intenta ahora que, de conseguirse, se pueda aplicar de forma retroactiva al tratarse de un caso especial por el Brexit. “Hemos encontrado buena predisposición por parte del Ministerio y estamos a la espera de noticias”, explican.

Una de las primeras descargas del año en Malvinas. Craig Thain

Los 16 buques se encuentran ahora navegando hacia Vigo, donde harán una parada hasta el comienzo de la segunda campaña del año, que comenzará en agosto. Tal y como persigue el resto del sector pesquero, las empresas esperan que este descanso entre mareas sirva también para poder vacunar a sus tripulaciones contra el coronavirus. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad aún no se ha pronunciado y Galicia, como otras comunidades, continúa a la espera.

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