La campaña del centollo afronta su recta final con escasa demanda y pocas capturas, lo cual es habitual en esta época del año. Pero una vez alcanzado su ecuador –tras la venta de 525 toneladas por importe de casi 5 millones de euros– puede decirse que arroja resultados históricos, en algunos casos con cifras de récord en cuanto a volumen y facturación.
Baste como ejemplo lo ocurrido en la lonja de Vigo, que desde el pasado mes de noviembre subastó 85 toneladas de este crustáceo por valor de 745.000 euros, frente a las 32 toneladas y 413.000 euros del mismo periodo en la campaña precedente.
Se trata de la subida más espectacular. Junto con la experimentada en la lonja de Ribeira, que en los mismos períodos subió de 52 a 90 toneladas y de 596.000 a 820.000 euros.
Esto les ha permitido superar en facturación a la lonja que más cantidad subasta tradicionalmente, como es la de A Coruña, que en la presente campaña colocó en el mercado 129 toneladas. Fruto de lo cual logró 716.000 euros con lo que también mejora los registros de la temporada anterior, cuando la rula herculina había obtenido 604.000 euros después de la comercialización de 75 toneladas de centollo.
Marca propia en la localidad meca
Lógicamente, no se puede hablar de este producto sin referirse a una lonja que incluso dispone de marca propia de calidad y diferenciación: “Centollo de O Grove”.
Este crustáceo, considerado aquí el “rey de los mariscos”, marca en esta lonja arousana sus mejores cotizaciones un año tras otro –por la mayor calidad que se le presupone–, de ahí que los ingresos superen incluso los conseguidos en puertos tan importantes como los citados anteriormente.
Según los datos provisionales en poder de la plataforma tecnológica Pesca de Galicia, desde el pasado mes de noviembre se vendieron en la rula grovense 60 toneladas. Y a pesar de tratarse del cuarto mejor registro –en volumen– fue capaz de facturar 852.000 euros, aupándose de nuevo al primer puesto en el ranking económico.
A enorme distancia se sitúan las demás lonjas gallegas. Entre las más destacadas pueden citarse las de Muros, con 214.000 euros desde que se largaron los aparejos por primera vez; Cangas, con unos 200.000 euros; Cambados, que obtuvo desde mediados de noviembre una facturación semejante; y Bueu, con 121.000 euros.
