A la flota viguesa que opera en Gran Sol no le es desconocida la actividad de prospección de las grandes petroleras en la zona. Este diario ya recogió el malestar de los armadores, que ignoran -porque no hay estudios- cómo afectan las actividades sísmicas en los bancos de peces. Desde Vigo el gerente adjunto de la Cooperativa de Armadores (Arvi), José Antonio Suárez-Llanos, indicó que el sector reclama a la Comisión Europea que "vigile" este tipo de trabajos para que no "entorpezcan" la actividad pesquera.

Según la explicación de Heather Kinn -para EHow- "una exploración sísmica es el uso de ondas sísmicas para encontrar petróleo y los yacimientos de carbón". La técnica "funciona porque las ondas sonoras viajan a velocidades diferentes a través de diferentes densidades en la corteza de la Tierra. Las diferencias en la velocidad permiten a los geólogos determinar cuáles capas tienen que perforar y a qué profundidad actuar en consecuencia. Esto se puede hacer en alta mar y es uno de los primeros pasos en el hallazgo de depósitos viables para la perforación", asevera. "Los datos sísmicos en 2D se utilizan para trazar un lugar y desarrollar una sección transversal del paisaje subterráneo", culmina Kinn. Pero la controversia está servida desde el momento en que algunos expertos han alertado de que las ondas sísmicas alteran la migración de ciertas especies.

El área de Porcupine es una de las más grandes del caladero de Gran Sol y donde, a la vista del interés que suscita entre petroleras de todo el mundo, se concentran grandes reservas de petróleo de la era Jurásica o Cenozoica.