Particulares y promotoras apuran la conversión de bajos y oficinas en viviendas con tres licencias cada mes

El Concello ha validado trece proyectos en lo que va de año, con una inversión media por actuación de 38.000 euros

La superficie ronda los 80 metros cuadrados por propiedad

Bajo comercial en calle Zaragoza, futura vivienda.

Bajo comercial en calle Zaragoza, futura vivienda. / RICARDO GROBAS

Lara Graña

Lara Graña

El acceso a la vivienda es un camino escarpado y que ha tomado una pendiente todavía más vertical como resultado de la presión sobre los precios del alquiler y los tipos de interés. En el caso del arrendamiento, por ejemplo, la cuota mensual en Vigo se ha encaramado hasta los 625 euros –son los últimos datos, a cierre de mayo, del Instituto Galego de Vivenda e Solo–, frente a los 495 de media prepandemia (2019). Si tenemos en cuenta la última referencia en cuanto a ingresos por habitante en la ciudad por rentas del trabajo, más de un tercio de la nómina (33,5%) estaría ya comprometida por el pago de un alquiler. Y, aunque el Banco Central Europeo (BCE) acaba de aflojar su pulso contra la inflación con un recorte en los tipos, el precio del dinero se mantendrá en cotas muy altas a medio plazo. Una conjunción de factores que, sumado a la falta de nuevas promociones en Vigo y la disponibilidad de bajos comerciales y oficinas, continúa acelerando la conversión de estos espacios en viviendas. En lo que va de año el Concello ha otorgado ya el equivalente a casi tres licencias por mes.

Los proyectos están repartidos por toda la ciudad y se corresponden principalmente con solicitudes de particulares, aunque las promotoras y gestoras inmobiliarias están asumiendo un protagonismo creciente. Las nuevas viviendas promedian una superficie de 80 metros cuadrados –la más extensa rebasa los 226 m2, con plaza de aparcamiento–, de acuerdo a los expedientes oficiales de Xerencia Municipal de Urbanismo. La documentación remitida incluye no solo el objeto de la actuación, sino también a cuánto asciende el coste proyectado: 38.000 euros, también de media, toda vez que hay remodelaciones más extensivas (60.000 euros) y otras más modestas (24.700).

Una de las remodelaciones se ejecutará en Marqués de Valladares –en el edificio donde trabajó el médico Darío Álvarez Blázquez, como recuerda una placa en la fachada–, en un semisótano que se transformará en dos viviendas, que compartirán un pequeño espacio de zonas comunes. En este caso el presupuesto acaricia los 68.000 euros. Un bajo comercial de planta baja, en este caso de calle Zaragoza –antes explotado por una empresa de material eléctrico– será reconvertido en una vivienda de 111 metros cuadrados, con tres habitaciones; el coste para este particular será de 60.000 euros.

A por rentabilidad

La prevalencia de entidades jurídicas en las solicitudes de licencias de este tipo va en aumento. Una de ellas ha sido asignada a la mercantil Fyneko Real Estate Investiment Trust, registrada en Baiona con más de 22,5 millones de euros de capital social. Es la misma empresa que rehabilitará el único edificio ruinoso del Paseo de Alfonso, que se destinará íntegramente al alquiler de pisos turísticos –serán siete– como ya desveló FARO. En esta ocasión, la compañía que dirige Rogelio Domínguez Miniño invertirá 35.800 euros en la transformación de un bajo de 108 metros cuadrados en Rúa Águia. La SL Residencial Berbés hará lo propio en la Rúa San Francisco, con otro bajo comercial.

En calle Ecuador, la actuación corresponde a la misma compañía que ya había recibido una licencia municipal para rehabilitar íntegramente el edificio de la calle 34. El proyecto incluía la salida al mercado, a partir de 325.000 euros, de pisos de dos y tres habitaciones. Pero la promotora Vigo Investment Properties ha decidido engordarlo, convirtiendo también en vivienda la entreplanta del inmueble, con más de 96 metros cuadrados y a cambio de una inversión de apenas 22.000 euros. Aunque la iniciativa más ambiciosa es la de Grupo Meifus para la conversión de todo un edificio de oficinas en calle Castrelos en ocho viviendas. Actualmente el bloque, que se encuentra delante del pabellón central de As Travesas, exhibe letreros de negocios como consultorías tecnológicas, estudios de diseño, aulas de formación y otras academias. El bajo comercial, actualmente empleado como cafetería, no sufrirá cambios durante la reforma.

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