A la caza de “copiones electrónicos” en las aulas: pelo recogido y teléfonos móviles y relojes fuera

La última jornada de las pruebas de acceso a la universidad en Vigo se saldó esta semana con un alumno expulsado por copiar a través del teléfono móvil en el examen de Biología. Esta infracción supuso la anulación inmediata de dicha prueba y probablemente, tras la evaluación del caso, se determinará la suspensión toda su convocatoria de la ABAU. El empleo de relojes inteligentes, teléfonos móviles e incluso pinganillos para superar los exámenes está a la orden del día en los institutos y la ciudad de Vigo no es ajena a esta tendencia, de hecho, en los últimos años el profesorado se ha visto obligado a intensificar la vigilancia durante su desarrollo, ya que “siempre se copia” y la astucia de los estudiantes los lleva a utilizar métodos cada vez más sofisticados e “imperceptibles”, como es el caso de los auriculares inalámbricos y de tamaño diminuto.

Confirman esta realidad distintos portavoces de la comunidad educativa en Vigo, que incluso reconocen haber valorado la incorporación a sus centros de dispositivos para detectar al alumnado que hace uso de este tipo de elementos en las evaluaciones. Es el caso del IES Rosais 2, desde donde el secretario del instituto, Xenxo Pérez, cuenta que “estuvimos muy interesados en comprar un detector porque sí sabemos que algunos utilizan pinganillos y es tan pequeño que es imperceptible”.

Sabemos que algunos utilizan pinganillos y es tan pequeño que es imperceptible

En este sentido, este docente apunta que salta la liebre en el momento en el que el profesorado efectúa las revisiones de los exámenes, y es que según indica, “vemos por ejemplo en algunas materias que la parte teórica la tienen perfecta, sin un fallo, y luego en los ejercicios un cero. No nos cuadra”. Tras haber valorado la incorporación de detectores para identificar a los “copiones electrónicos”, Xenxo Pérez explica que, “de momento, lo que hacemos es quitarles los relojes y también los teléfonos móviles sobre la mesa”.

Otro centro educativo de Vigo que ha tenido presente la toma de medidas más drásticas a la hora de intensificar el control del alumnado durante la celebración de los exámenes es el IES de Teis. Desde este instituto del barrio vigués, su director, Agustín Sobral, apunta que “se planteó comprar un detector, sí”, pero de momento no es una realidad. El responsable de este centro educativo de la ciudad hace referencia a que “cada profesor usa sus métodos, les quitan todo dispositivo, pero siempre se copia”. Asimismo, Agustín Sobral reconoce que, debido a la “reinvención” de las tradicionales chuletas, en los últimos años, “se está más pendiente que antes porque tienen más trucos, pero siempre se copia”, afirma el director del IES de Teis.

Se está más pendiente que antes porque tienen más trucos

Desde O Calvario, la vicedirectora del IES Castelao, Malores Villanueva también coincide en que la vigilancia se ha intensificado y comenta que “non temos inhibidor, pero si controlamos moito nos exames: o pelo atado sempre, fóra reloxes e os teléfonos móbiles tamén lonxe”, asegura.

La instalación de inhibidores como tal no es una opción, puesto que los centros educativos deben ceñirse a las pautas que ordene la Consellería de Educación, y desde el IES República Oriental do Uruguai puntualizan que incorporar este elemento crearía interferencias, impidiendo el funcionamiento de diferentes tipos de redes y servicios de telecomunicaciones, desde la telefonía e internet hasta el sistema de alarma. Profesionales de este instituto indican que, al igual que compañeros de otros centros educativos de la ciudad olívica, medidas como la retirada de los relojes inteligentes y bolsas para mantener los teléfonos móviles fuera del alcance del alumnado durante el desarrollo de los exámenes son algunas de las soluciones que se ven obligados a adoptar ante “todo tipo de métodos” para copiar en las evaluaciones.

Por otra parte, en otros centros vigueses, como si de la ABAU se tratara, llevan a cabo simulacros en donde los docentes ya empiezan a exigir a alumnas y alumnos “pelo atado” para poder tener plena visibilidad de las orejas y nada de dispositivos tecnológicos.

Suscríbete para seguir leyendo