Alas rotas en la Policía Nacional de Vigo: muere el piloto Luis Alberto Udaondo

Comandante de vuelo, estaba destinado en la base aérea de la Policía Nacional en Vigo

“Amaba la profesión”, destacan sus compañeros

Luis Alberto Udaondo, en un helicóptero de la Policía Nacional

Luis Alberto Udaondo, en un helicóptero de la Policía Nacional / CEDIDA

Marta Fontán

Marta Fontán

“Vuela alto compañero, se nos ha ido otro ángel al cielo”. La muerte del comandante de vuelo e inspector jefe de la Policía Nacional Luis Alberto Udaondo Puerto ha causado enorme pesar en la comisaría de Vigo. De 47 años de edad, casado y con dos hijos pequeños, tras sus anteriores etapas en las Islas Canarias y en Valencia desde hacía aproximadamente un año y medio estaba destinado en la única base de Medios Aéreos que la Policía Nacional tiene en Galicia, que opera desde el aeropuerto de Peinador con el helicóptero “Cóndor”. Pese a que llevaba poco tiempo en la ciudad olívica y desde hacía meses estaba de baja laboral por la grave enfermedad por la que falleció, este piloto deja una enorme huella por su humanidad y “gran profesionalidad”.

Udaondo falleció el martes en Vigo pero era natural de la comunidad de Castilla y León, donde el jueves, en la iglesia parroquial de Camponaraya, tuvo lugar el funeral tras el cual sus restos mortales fueron incinerados. El inspector jefe estaba afiliado al sindicato policial JUPOL, que ha mostrado su dolor por su muerte. “Era un extraordinario piloto y amaba la profesión de Policía Nacional”, describe Alejandro Cousiño Alonso, secretario de organización y asuntos legales de dicho sindicato. “Como mando policial era de lo mejor que te podías encontrar y participaba en numerosos cursos para seguir formándose”, agrega, concretando también sobre él que era un apasionado de los deportes. “Le gustaba practicar deportes acuáticos, como el submarinismo, pero también la bicicleta, el atletismo, el runing... Y también navegaba, era otra de sus aficiones”, afirma este policía.

Otra imagen del piloto fallecido

Otra imagen del piloto fallecido / CEDIDA

Tras su muerte representantes de JUPOL y inspectores policiales acudieron, a título personal, a despedirlo cuando el coche fúnebre salió desde Vigo con destino a su localidad natal. A su funeral en Camponaraya fue una comisión enviada desde comisaría y agentes que quisieron estar allí a título particular, un gesto que agradeció la familia de este piloto policial cuya faceta humana y profesional quedará en el recuerdo de sus compañeros vigueses. “Era un hombre muy noble”, resumen.