Entrevista | María Méndez Santos Lingüista y autora del libro "No me gusta cómo hablas (o más bien no me gustas tú)"

“Decir que el gallego se impone o el asturiano no existe es basura ideológica”

“Hay que reflexionar como sociedad y entender que comentarios que a veces parecen inocentes no lo son tanto”

María Méndez, lingüista y profesora de la Universidad de Vigo

María Méndez, lingüista y profesora de la Universidad de Vigo / Marta G. Brea

Sandra Penelas

Sandra Penelas

La profesora e investigadora de la UVigo María Méndez visibiliza y denuncia la discriminación lingüística en un libro que “encoge el corazón” al demostrar con ejemplos de nuestro día a día la pervivencia de ideas xenófobas, machistas o supremacistas. Pero con el que también es capaz de arrancar las risas del lector gracias a su estilo fresco y desenfadado. A través de sus páginas, la experta desmonta los prejuicios y clasismos de los políticos que minusvaloran las lenguas minoritarias o de personajes televisivos como Pablo Motos poniendo en duda el dominio del inglés de Sofía Vergara y Ana Rosa Quintana bromeando sobre el acento de un diputado. “No me gusta cómo hablas (o más bien no me gustas tú”, editado por Pie de Página y prologado por el catedrático Juan Carlos Moreno Cabrera, estará en la Feria del Libro de Madrid el día 31 y en la librería viguesa Versus el 20 de junio.

–La obra tiene una base lingüística, pero su formato es muy ameno y cada capítulo incluye códigos QR que enlazan a vídeos o lecturas recomendadas.

–Es un libro muy divulgativo y cercano y con muchos testimonios y entrevistas para que cualquier persona no especialista pueda entender qué es la lingüística y todas las reflexiones que hago. Es ideal para estudiantes de Bachillerato o de carreras relacionadas con la Filología o la Traducción pero está pensado para el público general porque la idea es sensibilizar y llevar este debate a la calle. Y, sobre todo, que la gente empatice y se ponga del otro lado. Hay que reflexionar como sociedad y entender que comentarios que a veces parecen inocentes no lo son tanto. Es un libro que cabrea, pero que tiene mucha chispa. Es muy vacilón y tiene sus momentos de echarse unas risas. Puedes hacer una investigación muy interesante, pero se queda ahí y por eso quería hacer esta contribución.

María Méndez, con su libro, que ya está a la venta.

María Méndez, con su libro, que ya está a la venta / Marta G. Brea

–Su libro demuestra que a través de la lengua afloran todo tipo de discriminaciones.

–Se analizan muchos casos de sexismo y de xenofobia de todo tipo. Cuando le dices a alguien que suena muy femenino o muy gay o cuando le llamas a alguien marimacho lo que le estás diciendo es que no cumple ciertos estereotipos sociales y no tienes en cuenta la realidad, que es diversa. También se discrimina por el acento. En el libro entrevisto a la vicepresidenta María Jesús Montero, a la que critican por su forma de hablar, no por sus políticas. Dudar de la profesionalidad de alguien por su acento es una estupidez. Y hay estudios que demuestran que los servicios de recursos humanos se inclinan inconscientemente por no seleccionar a candidatos de nombre extranjero, aunque sean nacionales. Hay muchas jerarquías ocultas en esos comentarios o actitudes lingüísticas. Y el libro va sobre todo eso.

–Una de las cuestiones que aborda son las lenguas minoritarias y minorizadas.

–Estos días se habla de una propuesta de ley de PP y Vox sobre la exención del valenciano. También te imponen las Matemáticas, la Historia o la Lengua española, pero solo se quejan del valenciano. Está claro que hay una ideología ahí, la de un españolismo tóxico monolingüe. Decir que el gallego se impone o que el asturiano no existe es basura ideológica. Y lo peor de todo es que lo venden como si no lo fuese. En La Razón publicaron este titular: ‘El independentismo catalán radical exige más catalán en Netflix’. ¿Cuál es el drama? ¿Por qué te ofende que alguien quiera ver series en catalán o leer libros en gallego? Buscan sembrar un estado de ánimo de drama e ignorancia. Y tensionar no es un buen camino.

–Debería ser, por tanto, un libro de cabecera para los políticos que buscan ganar votos con estos discursos.

–Hay un capítulo entero dedicado al uso de las lenguas cooficiales en el Parlamento. Cuando se aprobó fue un drama, pero no se ha muerto nadie. Es todo muy absurdo. Se aprovechan de la poca conciencia crítica que hay a veces para transmitir un discurso populista que a la gente le es más fácil de entender. Porque lo complejo, los matices y tener que pensar da pereza. Entonces, los políticos tiran de las estupideces. Sus afirmaciones son fácilmente desmontables, pero para eso te tienes que sentar y reflexionar.

Portada del libro

Portada del libro / Pie de Página

–Eso es lo que hace precisamente su libro, abrir los ojos al lector.

–Hay que llevar este debate al público. Estos días leía el tweet de un chico que empezó a trabajar en un gimnasio de Murcia y escuchó decir a su jefa que no podía ser un buen entrenador porque sonaba muy gay. Esto es una actitud de homofobia a través de unas características lingüísticas. También cuestionamos la identidad de las personas cuando les preguntamos, fijándonos en su aspecto físico, de dónde son de verdad. Hay muchas cosas ocultas en los comentarios y preguntas que hacemos. Como sociedad, debemos parar, reflexionar y deconstruirnos. Todos somos racistas, clasistas o sexistas de algún modo. La cuestión es en qué grado y, lo más importante, si te parece bien serlo o no. Porque hay gente que se enorgullece de ello. Esos están en el saco de la basura, el resto lo que intentamos hacer es mejorar

–Hace unos años realizó un estudio que evidenciaba una gran discriminación en las llamadas para alquilar viviendas.

–Si según el acento que tengas ya ni te preguntan cuanto ganas o que a pesar de ser funcionario no aportes la fiabilidad que buscan no es por el dinero, es racismo. Responde a estereotipos y mentiras sobre los inmigrantes

"Si los medios mostrasen todas las variedades de español nos acostumbraríamos"

–Además de la entrevista con la vicepresidenta Montero, también pudo hablar con la diputada Tesh Sidi y el actor David Pareja.

–A Tesh Sidi se refieren siempre como la parlamentaria saharaui, cuando es de nacionalidad española. La cuestión, como explico en el libro, es lo que implica que destaques unas cosas por encima de otras porque los medios no hacen lo mismo para referirse a una parlamentaria madrileña, por ejemplo. Y a David Pareja lo discriminaron por su acento andaluz.

–Durante muchos años, periodistas y actores han tenido que demostrar un acento neutro para trabajar.

–Nadie sabe lo que es el español neutro. Si los medios mostrasen todas las variedades de español sin ningún tipo de cortapisa nos acostumbraríamos. En el libro incluyo anuncios para entrenar la forma de hablar que son una vergüenza. Esto provoca el auto odio y no es necesario porque no hay ningún problema mientras nos entendamos. La diversidad no es mala por mucho que se empeñen algunos. Todo el libro está lleno de ejemplos de la vida diaria y es una constante denuncia de homofobia, machismo y transfobia. ¿Por qué es innecesario el uso del morfema -e? Es una cuestión de respeto. Si la RAE está insistiendo siempre que es incorrecto no está dejando evolucionar a la lengua, como dice que hay que hacer. Si solo habláramos con las palabras que están en el diccionario no lo haríamos.

–Y estas situaciones, como refleja el libro, se extienden a otros países.

–Hay ejemplos de EE UU, Irlanda, Sudáfrica, Japón o Hispanoamérica. En Colombia, obligaron a un clan indígena a inscribirse en un registro civil y les pusieron nombres ofensivos como Borracho o Tornillo. Y en EE UU están desarrollando una aplicación de IA para que a los trabajadores de los call center no se le note el acento extranjero. Ya lo digo en el prólogo, el lector se va a cabrear.

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