La pesca artesanal del puerto de Canido se rebela contra su mayor uso turístico

Denuncia que aumentará la presencia de barcos recreativos en verano por la nueva concesión, de 80 a 160, y su impacto ambiental

La Autoridad Portuaria lo niega

Pescadores del puerto de Canido denuncian el aumento del uso turístico

Pedro Fernández

Hay pocos barcos en el puerto de Canido, al menos en esta época del año, pero los que aún fondean a la orilla de su muelle pueden presumir de dedicarse a la pesca artesanal. Son embarcaciones como el Lui y el Atún, de Jorge Pérez. Supervivientes tras décadas de pérdida de flota, acuciada por su escasa rentabilidad y la proliferación de los nuevos usos que acoge el mar.

Entre esos usos, a diferencia del pesquero, en esta zona se impone el turístico. Así lo denuncia en declaraciones a FARO el patrón mayor de Cofradía de Vigo, Iago Soto, afirmando que la presencia de barcos recreativos se duplicará en verano con la aplicación de la nueva concesión: “Si antes podía haber hasta 80 barcos, que eran barquitas pequeñitas de pescadores deportivos, ahora se pretende ampliar hasta 160; el doble. Y además la eslora de ciertos barcos va a ser mayor porque se incluyen yates mucho más grandes que estas barquitas”.

Francisco, uno de los pescadores que ha tenido que 
“aparcar” su barco en casa tras la regularización.  // A. V.

Francisco, uno de los pescadores que ha tenido que “aparcar” su barco en casa tras la regularización. // A. V. / jorge garnelo

Estas palabras chocan con las de la propia Autoridad Portuaria, que pone de manifiesto que “se ha regularizado una situación que venía de hace muchos años, pero no se ha ampliado el número de fondeos”. La concesión, abundan desde la institución que preside Carlos Botana, se otorgó “por requerimiento de la Dirección General de Costas, y con el visto bueno de Capitanía Marítima desde el punto de vista de seguridad marítima”.

El permiso administrativo recayó en el Club Marítimo de Canido y la Asociación de Marineros Artesanales y Deportivos de Canido-Coruxo, que ahora custodian la lámina de agua de dominio público. Hace semanas se instalaron unas nuevas boyas color naranja que marcan la zona que este verano ocuparán los barcos recreativos que tengan el plácet de las entidades.

“Hay una apuesta clara por ciertos usos de la ría que sustituyan a otros, pues el uso turístico recreativo se ve más importante que el pesquero tradicional. Siempre se habla bien de la pesca artesanal, que es muy bonita y que hay que mantenerla, pero en la práctica mucha gente no le ve futuro y cree que es una cosa a extinguir”, critica Soto.

Barcos “aparcados” en casa

El quid de la cuestión pasa por dos claves a ojos de los pescadores. La primera, a nivel colectivo, porque la mayor afluencia que denuncian tendrá un impacto ambiental. El segundo problema, a nivel individual, porque ciertos armadores que antes tenían sus barcos auxiliares en la zona de la concesión se están viendo obligados a retirarlos.

Es el caso de Francisco Vila, que ha tenido que instalar el suyo en el jardín de su propia casa. “He intentado pedir permiso para mantenerla donde estaba, pero no ha habido manera”, comenta en una breve entrevista. Y desde la Cofradía de Vigo denuncian sentirse “engañados” con la regulación aprobada.

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Iago Soto, patrón mayor de la cofradía de Vigo

“Creemos en el uso compartido del mar; no debe ser exclusivo ni para la pesca ni para el turismo. Creemos en la convivencia”

“Lo que estamos viendo es que en vez de una ordenación se está haciendo una ampliación de otros usos. Y es una ampliación del uso recreativo que afecta al uso pesquero”, remarca Soto. “Una cosa que caracteriza al puerto de Canido es que los caladeros y los bancos marisqueros están inmediatamente alrededor, hay zonas de cría muy importantes para la pesca, y también es un tema de seguridad y de operativa pesquera. Al estar rodeado de barcos fondeados serán mucho más difíciles las maniobras de entrada y de salida”, subraya.

Bandera azul en “peligro”

Este último hecho, advierten los pescadores, podría poner en riesgo la bandera azul de la playa de Canido. Y piden a los promotores que se “replanteen” el proyecto y que no lo hagan de la magnitud prevista.

“Creemos en el uso compartido del mar; no debe haber un uso exclusivo ni para la pesca ni para el turismo. Creemos en la convivencia. Pero creemos que este proyecto tal y como está planteado no permite esta convivencia. Acorrala al uso pesquero”, sentencia el patrón mayor de la Cofradía de Vigo, que denuncia que “la falta de productividad de la ría es evidente” y que la ocupación del litoral con infraestructuras para el comercio y el turismo “ya estaban relegando a un segundo plano a la pesca”.

“No pretendemos negarnos al desarrollo del puerto pero exigimos un desarrollo que sea compatible con todos los usos”, sentencia Soto: “Canido era uno de los pocos sitios que quedaban del litoral natural”.

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