Nuevo premio para la “Purrusfamilia”

El innovador proyecto educativo de Purrusquiños ha vuelto a ser reconocido por los Premios de Excelencia Educativa, que cada año distinguen a los mejores centros de formación de todo el país. Sus fundadores, Nerea González y Sebastián Castiñeiras, recogieron el premio la semana pasada en CaixaForum Madrid, durante una gala por todo lo alto a la que acudieron acompañados del invitado más joven de todo el auditorio, su hijo Matías, al que ya han fichado como “nuevo gerente”.

“En 2023 recibimos el galardón como mejor ludoteca, pero este año nos concedieron el premio al mejor proyecto educativo infantil a través del juego. Y esto nos hace especial ilusión porque es un reconocimiento a nuestra manera de enseñar y trabajar. Te hace sentir que tanto esfuerzo merece la pena”, celebra esta pareja de emprendedores que tuvo que enfrentarse a la pandemia a los seis mees de abrir sus puertas.

”No es fácil, pero aquí seguimos y el premio nos ratifica que vamos por el camino acertado y nos da energía para seguir. Detrás de cada actividad hay muchas horas de montaje y de pensar cómo transmitir las ideas que queremos a los más pequeños, tanto por nuestra parte como de todo el equipo”, aplauden.

La metodología de la ludoteca, que cuenta con la autorización de la Xunta, fusiona la filosofía italiana Reggio Emilia con su propia creatividad para que los críos aprendan a través del juego. “Nuestro proyecto es bastante singular. Entran por la puerta con la ilusión de qué pasará ese día. Las actividades son siempre diferentes y pueden estar relacionadas con la tradición y la cultura, pero también con el desarrollo mental, psicomotor, social y afectivo de cada niño. Y lo que hacemos es que todo sea un juego para ellos, pura alegría y diversión”, explican.

A medida que avanza el calendario, los peques vendimian en una ludoteca convertida en viñedo para la ocasión, desfilan por el barrio de Balaídos con motivo del Año Nuevo chino acompañados de su propio dragón o celebran la Feria de Abril bailando y dando buena cuenta de pescaítos y gazpacho.

“Celebramos nuestras tradiciones y las de otras regiones o países. Es bueno que los niños aprendan que hay otras culturas, religiones y formas de ser para que las respeten. Y aunque las propuestas están relacionadas con otros lugares siempre le damos un toque gallego. Nuestra esencia siempre está ahí”, destacan.

También le dan mucha importancia a la alimentación y los hábitos saludables y, cada día, los niños elaboran sus propios snacks junto con la dietista Lola Poza.

“Los niños están encantados y sus padres también. Buscamos que las familias se sientan parte del proyecto. De hecho, nos llamamos la Purrusfamilia”, apuntan Nerea y Sebastián, que esta semana celebraron “una pequeña fiesta” en la ludoteca para celebrar el premio de excelencia educativa. Los pequeños no pudieron codearse con las celebridades de la radio y la televisión que acudieron a la gala en Madrid como Luis del Olmo, Pedro Piqueras o la princesa Elettra Marconi. Pero, sin duda, disfrutaron alzando el galardón entre sus manos.

Las instalaciones de Purrusquiños también acogieron estos días la tercera edición de un campamento inspirado en el Camino de Santiago al que los niños acudían vestidos de peregrinos y pertrechados de mochilas, mapas y brújulas para ir cubriendo etapas. Y la semana pasada se convirtieron en médicos para aprender nociones sobre el cuerpo humano.

“Impartimos formación en centros de FP y tenemos una colaboración con el Centro Aloya. Además de la teoría nos gusta el componente práctico y organizamos un taller conjunto con los alumnos del ciclo de técnico superior de Educación Infantil para convertir la ludoteca en un hospital”, apuntan.

Para Nerea y Sebastián este segundo premio supone “un nuevo reto” para seguir mejorando. El del año pasado, aseguran, ya les sirvió para “abrir puertas” y que más gente conociese su proyecto. “Ahora mismo estamos en contacto con la Xunta para hacer una transformación de cara al próximo curso que todavía no podemos desvelar, pero que, además de una pequeña transformación del centro, también implicará un cambio de tipología para abarcar a más familias y niños”, avanzan.

Durante el último año, la plantilla de Purrusquiños ha sumado otra docente y en sus instalaciones de la calle Pablo Iglesias atienden a niños de entre 2 y 6 años, aunque su “fuerte” son los más pequeños, hasta los 3 años, que acuden en horario de mañana.

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