Una sorpresa con 70 velas para Corina Porro

Si la cara es, como dicen, espejo del alma, el gesto de incredulidad de Corina Porro ante los cerca de 140 invitados que ayer la esperaban en el restaurante Casona da Torre, en Cedeira (Redondela), para festejar su 70 cumpleaños revelaba a las claras que bajo el vestido rojo que había elegido para disfrutar de una tranquila velada con su pareja, Francisco de Calheiros, y un grupo amigos se agitaba un volcán de emociones que no iba a poder contener.

A la exalcaldesa de Vigo y actual secretaria de la Mesa del Parlamento de Galicia sus tres hijos –Chechu, Chini y Valle– le habían preparado la feliz encerrona. A ella se prestaron sus familiares, entre ellos su hermano sacerdote, Javier, y amigos, llegados desde Ferrol –ciudad natal de la política– y otros lugares, pero también representantes de la vida política, cultural y social de Galicia que no quisieron perder la ocasión de arropar a la política en una fecha tan señalada.

En la larga lista de invitados, figuraban nombres como Pedro Puy, Teresa Egerique, Francisco Puga, Nidia Arévalo, Rosa Quintana, Nelson Villalobos, Elena Muñoz, Diego Gago, Roberto Relova, Marta Iglesias, Isidoro Nicieza, Arsenio Prieto, Jesús Vázquez Almuiña, Julio García Comesaña, Juan Manuel Vieites, Lucía Molares, José María Fonseca Moretón, Antonio Coello o Germán Serrano, entre otros.

La alegría desbordante que derrochó la homenajeada entre los asistentes tuvo uno de sus momentos más emocionantes cuando hizo entrada en el salón la agrupación de gaitas encabezada por el veterano Wenceslao Cabezas, Polo, histórico director de la Escola Municipal de Música e Danza Tradicional de Vigo.

Y entonces, Corina Porro, rodeada de quienes más la aprecian, se lanzó a bailar, porque la felicidad, cuando es tan intensa, lo invade todo y no hay un músculo del cuerpo que no se conmueva.