La A-55 ahonda en su leyenda negra con un accidente cada 3 días pese a las últimas obras
Solo en las curvas de Tameiga se sucedieron hasta octubre 78 siniestros
Transportes aún trabaja en la redacción del proyecto que unirá Vigo y Porriño en túnel
Un tercio de sus 31 kilómetros, señalados como puntos peligro
Si hay un vial que se alza en los primeros puestos de prácticamente cualquier estadística de la red de carreteras estatales es la A-55. Y no precisamente por ser una buena autovía. Es especialmente problemático el tramo que discurre el kilómetro 6 y el 14, conocido como las curvas de Tameiga, que ha sido testigo de numerosos accidentes, agravando su peligrosidad estas últimas semanas por la sucesión de borrascas. Incluso las últimas obras realizadas en el trazado no han logrado reducir el goteo de siniestros. Tanto es así, que desde enero y hasta el pasado 31 de octubre, los servicios de emergencias del ayuntamiento de Mos tuvieron que intervenir en un total de 78 emergencias en este tramo entre colisiones o salidas de vía; o lo que es lo mismo, esta autovía registró un accidente de tráfico cada tres días.
Solo en las últimas jornadas, este punto ha sumado hasta seis coches implicados en dos siniestros diferentes que, a su vez, generaron importantes retenciones en la que es una de las principales arterias de entrada y salida a la ciudad de Vigo.
Para poner fin a esta leyenda negra que rodea a las curvas entre Puxeiros y Tameiga, desde el Ministerio de Transportes se anunció la construcción de un vial alternativo para unir en túnel Vigo y Porriño, evitando así transitar por este tramo. Para ello, el Gobierno destinaría 300 millones con la previsión de que el proyecto fuese sometido a información pública entre “mayo y junio” de 2023. Cinco meses después, no solo no se ha iniciado este trámite, sino que no hay previsión concreta para el mismo.
A preguntas de este periódico, desde el ministerio que dirige Raquel Sánchez Jiménez han explicado que todavía se “continúa trabajando en la redacción del proyecto para aprobarlo provisionalmente y someterlo a información pública”. Posteriormente se remitirá al Ministerio para la Transición Ecológica “para obtener la pertinente Declaración de Impacto Ambiental”.
De esta respuesta no se pueden extraer plazos. Los conductores que discurren a diario por la A-55 entre Vigo y Porriño tendrán que seguir esperando para disponer de una trazado más seguro.
Y es que la construcción de este trazado bajo Puxeiros es una cuestión de seguridad vial y pública. En el lustro comprendido entre 2009 a 2014, el tramo de A-55 entre Vigo y Porriño dejó casi 400 siniestros y más de medio millar de heridos, en 2015 fueron 103 accidentes, 108 en 2016, 133 en 2017, 140 en 2018 y 136 en 2019 según los datos de la DGT. Y aunque desde entonces se limitó su velocidad a 60 km/h instalando radares y se ha tratado de modernizar con una inversión millonaria, sigue siendo uno de los tramos de mayor siniestralidad de toda la red estatal, tanto en heridos como en choques.
Así se reflejan en los datos públicos de la Dirección General de Carreteras en relación a los Tramos de Concentración de Accidentes (TCA). Concretamente señala un total de siete tramos que discurren entre el punto kilométrico 6,4 y el punto kilométrico 19,4 como “puntos peligrosos” de su red, y con un riesgo “mayor” de que se produzcan accidentes.
En esta relación de TCA, referidos al 2021, son un total de 9 kilómetros los que se señalan como peligrosos, que teniendo en cuenta que la A-55 abarca 31,3, supone que un tercio de la autovía es un punto de concentración de accidentes y, por lo tanto, de peligro.
A modo disuasorio y para tratar de prevenir tanta siniestralidad se optó por la colocación de radares de tramo que obligan a limitar la circulación, pero cuyas consecuencias se han traducido en denuncias, bien administrativas, bien penales, y no tanto en seguridad.
Denuncias
Para entender la relación basta con mirar las estadísticas de 2022 relativas a las denuncias en materia de tráfico. Los conductores de la provincia acumularon un total de 203.293 infracciones viales; desde circular con el móvil hasta hacerlo sin el cinturón, bajo la influencia de alcohol o drogas, carecer del perceptivo seguro, conducir sin la ITV vigente o superar el límite de velocidad permitido. Con respecto a esta última, son cientos los radares distribuidos por la red de carreteras que multan a los conductores que no respetan los límites pero hay uno que se lleva la palma.
Se trata precisamente del ubicado en estas curvas de Mos, concretamente en el kilómetro 9 de la A-55, que sumó el año pasado un total de 42.366 denuncias –el 7º radar con más multas de España y el primero en Galicia–. Esto implica que dos de cada diez denuncias en la carretera a lo largo y ancho de la provincia las genera este radar ubicado en el área de Vigo.
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