Una inmobiliaria pone a la venta cuatro pisos en Vigo con okupas dentro

En el anuncio ya informa al potencial comprador de que hay inquilinos irregulares | No se permiten visitas al apartamento ni financiación: hay que pagar el inmueble al contado

Edificio de la calle Emilia Pardo Bazán en el está uno de los pisos con okupas a la venta.   | // MARTA G. BREA

Edificio de la calle Emilia Pardo Bazán en el está uno de los pisos con okupas a la venta. | // MARTA G. BREA / Carlos Ponce

En el mercado inmobiliario de Vigo se han visto prácticas de todos los colores. Desde pedir tres meses de fianza al inquilino, hasta vetar a padres separados con hijos o a jóvenes que tuviesen novia. Ahora, aunque de momento de forma aislada, llega un fenómeno que hasta ahora no se había dado en la ciudad. Y es que una inmobiliaria con sede en Baleares, Sa Roqueta Investments, ha puesto a la venta en Vigo cuatro pisos con okupas dentro. Es decir, si un comprador está interesado en la vivienda, debe comprarla sabiendo que al hacerse con ella habrá unos inquilinos irregulares en su interior.

La promotora además no trata de ocultarlo, en los propios anuncios de los inmuebles, que están colgados tanto en su propia página web como en otras tan conocidas como Idealista, ya especifica que en el piso que está a la venta hay okupas dentro. Y además, entre las condiciones para posibles compradores, hay dos que llaman especialmente la atención: no se pueden visitar los pisos y, además, la inmobiliaria no permite financiar la compra, es decir, no es posible solicitar una hipoteca para afrontar el pago de la vivienda. Hay que abonar todo el montante al contado.

Los cuatro pisos con okupas que se han puesto a la venta en la ciudad están ubicados en el barrio de A Salgueira (calle Emilia Pardo Bazán), Coia, Travesía de Vigo y en el entorno de Plaza América. Lo común a todos ellos es que se venden a un precio muy por debajo del mercado. Por ejemplo, el de Travesía es un apartamento de 89 metros cuadrados que se comercializa por 100.500 euros, mientras que un inmueble de estas características en la ciudad puede costar perfectamente el doble. La respuesta es evidente: viene con cargas (okupas), y no se sabe el estado del interior del piso, siendo posible que necesite una reforma total. El piso en Emilia Pardo Bazán tiene 77 metros cuadrados, dos habitaciones y se oferta por 75.000 euros. Y los otros dos también se venden a unas condiciones económicas ventajosas. Precisamente porque hay okupas dentro.

Benito Iglesias, presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), asegura que no es habitual que las promotoras pongan a la venta inmuebles con okupas y que lo normal es desokupar la vivienda antes de comercializarla. Sin embargo, sí que reconoce que es legal hacerlo “siempre y cuando quede reflejado en el contrato”. Es decir, si en el contrato de compraventa figura que en el interior de la vivienda que se adquiere hay okupas, la inmobiliaria no estaría cometiendo ninguna irregularidad y sería el comprador el que tendría que recurrir al sistema jurídico para desalojarlos.

La promotora que tiene a la venta estos cuatro pisos con okupas en Vigo, Sa Roqueta Investments, se define como “una agencia inmobiliaria especializada en el sector en Palma de Mallorca”. Sin embargo, tiene propiedades de este tipo con inquilinos irregulares por distintos puntos de España. También en el área de Vigo, por ejemplo en A Guarda, donde ofrece un piso de tres habitaciones y 109 metros cuadrados por solo 85.000 euros, pero también con okupas dentro. Este periódico intentó ayer contactar a través de distintos canales con esta inmobiliaria sin éxito.

Tal y como explican desde el portal web Fotocasa, la principal ventaja de comprar una vivienda okupada es el precio: tanto los pisos de bancos como los de dueños a quienes les han okupado las propiedades venden estos inmuebles a un precio menor al de mercado. “Los primeros porque prefieren solvencia económica y los segundos, generalmente, porque prefieren vender antes que tener una propiedad en estas condiciones”. Tal y como explican desde Fotocasa, entre los inconvenientes estaría el hecho de que el nuevo propietario no podrá acceder a la vivienda -ni vivir ni alquilarla- hasta que se desaloje, algo que puede tardar mucho tiempo en pasar y requerir de todo tipo de acciones legales tediosas. De hecho, probablemente sea el nuevo propietario quien tenga que interponer una demanda de desahucio.

Asimismo, puede que la vivienda haya sufrido algún tipo de daño que no haya sido reparado, por lo que el nuevo propietario deberá arreglarlo y abonarlo en cuanto pueda acceder ella. “Relacionado con ello, está la imposibilidad de tasar la vivienda, al haber personas en su interior”, añaden.

Habrá que estar atentos si más inmobiliarias se suman a estas prácticas y comienzan a vender pisos con okupas dentro o, tal y como defiende la patronal del sector, se trata de casos aislados.

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