Emprender en un “clic”

Marcas viguesas encuentran en la red social Instagram una manera accesible para hacer realidad su negocio soñado

Marta Tiago

Algo tan sencillo como un clic y tus productos ya están disponibles para ser comprados. Ese caramelito dulce que incita a empezar su propio negocio es Instagram. La red social es la cuna de esta nueva ola de nuevas marcas que han decidido sacar a la luz su arte en forma de joyas o accesorios gracias a su –valga la redundancia– instantaneidad y cercanía con el público.

Para marcas como Son Alma este ha sido el método más sencillo. Su impulsora, Iris Rodríguez, explica que lo bueno de la red social es que “non esixe unha tenda física e tampouco coñecementos extensos sobre o mercado”, lo cual facilita – considera– el trabajo a aquellas personas que quieran vender, que lo pueden hacer sin necesidad de realizar una gran inversión en un local. Para otras, como Luz de Pirilampo, fue “pura casualidad”.

La joven Sofía Monteiro siempre ha usado las redes sociales, por lo tanto, desde el primer momento que se planteó vender sus productos supo que tenía que ser online. Además, a día de hoy, las redes sociales forman parte de la vida cotidiana, por lo tanto, es necesario conocerlas bien para que un negocio en ellas sea fructífero. “Hoy si no tienes posicionamiento en redes sociales, simplemente no existes”, resume Monteiro.

Sin fronteras

Por ello, Instagram les ha permitido que aquello que publican pueda ser visto en distintas partes del mundo. “Decidí empezar en Instagram porque sabía que podía llegar a mucha gente”, asegura María, la persona que está detrás de Mar.Jewelrin. Además de traspasar fronteras, la capacidad de alcance de la red social consigue superar la barrera de lo digital. Algunas marcas han podido colocar su propio puesto físico en ferias locales, autonómicas o incluso nacionales, tal y como ha experimentado la marca Meraki Art Shop de Ana Manzano, que ha llevado su arte a Madrid y a Costa Brava, entre otros.

Ahora bien, vivir de ello puede ser complicado. Iris Fernández asegura que en el caso de su negocio solo puede sustentar la vida de una persona. En el caso del trío que forma Jalleira, Sabela Treinta, Carla Cobos y Àngela González, todavía no pueden dedicar el tiempo suficiente que requiere consolidar el proyecto, ya que las tres son estudiantes. Además, aseguran que su objetivo final no es poder vivir de ello, sino que solo aspiran a “pasalo ben e compartir coa xente as cousas que antes faciamos só para nós”.

JALLEIRA - Sabela Treinta, Carla Cobos y Ángela González

Emprender en un “clic”  | RODRIGO PÉREZ

Sabela Treinta, Carla Cobos y Ángela González son Da Jalleira. / Rodrigo Pérez

“Queremos facer unha homenaxe ás nosas orixes”

Hace un año Sabela Treinta, Carla Cobos y Ángela González decidieron comenzar un pequeño proyecto de joyas hechas a mano llamado Da Jalleira. Este curioso nombre surge de querer hacer un homenaje a sus orígenes. Significa “Galicia, fogar, terra natal” en cabaqueiro. Hace unos cuantos años comenzaron a crear accesorios para ellas mismas o para regalar a sus amigos. Dada la buena acogida que tenían, quisieron compartirlo con todo el mundo.

Las tres aseguran que no tienen ninguna expectativa a largo plazo. Quieren seguir pasándoselo bien trabajando y haciéndolo por pura diversión. “O noso máximo obxectivo é ver cara atrás e sentírmonos orgullosas do proxecto e da súa evolución”, explican.

SON ALMA - Iris Rodríguez

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Iris Rodríguez, de Son Alma. / Antonio Rodríguez

“Instagram é fundamental para chegar á xente”

Iris Rodríguez es una mujer de 35 años que estuvo 11 de ellos trabajando como fotógrafa en una ONG. No obstante, no terminaba de ser del todo feliz. Hace dos años, fruto de un viaje a Grecia con sus amigas, decidió cambiar la cámara por el monte. Desde muy pequeña ha sido una apasionada de la naturaleza gallega. Asegura que desde siempre ha sido muy creativa, con gran interés por formarse en diferentes ámbitos: fotografía, laboratorio de imagen, cursos de cuero…

Con su marca ha mezclado aquellas cosas que más le apasionan: las joyas y la botánica. Desea en un futuro poder retirarse al campo y formar una casa taller en la pueda compaginar su negocio con la enseñanza de botánica.

MAR JEWELRIN - María Freiría

Emprender en un “clic”  | MARÍA FREIRÍA

María Freiría, de Mar Jewelrin. / Cedida

“Me gustaría poder vivir de esto algún día”

María Freiría es bióloga y sus mayores pasiones, según ella misma confiesa, son las plantas y las manualidades. Por esa razón, puso en marcha su proyecto Mar Jewelrin, una marca que crea piezas únicas hechas con resina y flores naturales encapsuladas, recogidas y prensadas a mano.

La idea surgió durante la pandemia, gracias al tiempo libre y las ganas de experimentar que le caracterizan. Su aprendizaje ha sido completamente autodidacta, basado en algo tan sencillo como prueba y error. Empezó con un kit básico para hacer resina y a partir de ahí fue creciendo. Lo que empezó siendo un hobby en la cuarentena de la pandemia para hacerse sus propios pendientes, acabó llegando a lugares como Francia e Italia.

MERAKI ART SHOP - Ana Manzano

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Ana Manzano, de Meraki Art Shop / Cedida

“Este trabajo es muy bonito, pero no siempre es estable”

A través de unos vídeos que encontró y diez mini arcillas y un kit básico fue como Ana Manzano empezó con MerakiArt. Hace un año, al mismo tiempo que terminaba sus estudios en odontología, decidió emprender, aprovechando su reciente afición, su proyecto basado en la arcilla polimérica.

Para ella, la marca le ha ayudado en muchos aspectos, como cambiar su mentalidad, ganar más independencia. En tan solo un año se ha dado en conocer en eventos organizados en Madrid, Barcelona, Valladolid, Pamplona, entre otros lugares.

Además de participar, también creó el suyo propio llamado “Esmorga Market” celebrado el pasado mes de mayo en el espacio MUTA, en Vigo. Una iniciativa cuyo objetivo era dar visibilidad a numerosos artistas. Con la vista puesta en el futuro, le gustaría “ir viviendo el día a día”, pero teniendo en mente compaginar la marca con continuar sus estudios. Así que su reto inmediato es cursar un máster con el propósito de poder dedicarse a ambas profesiones, porque Ana Manzano no está dispuesta a renunciar a ninguna.

LUZ DE PIRILAMPO - Sofía Monteiro

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Sofía Monteiro, de Luz de pirilampo / Cedida

“Siempre tuve claro que tenía que ser online

Luz de Pirilampo surge en verano de 2020 cuando Sofía Monteiro encontró los abalorios que usaba de pequeña y comenzó a hacer cuelgamascarillas. “Por probar” empezó a subir fotografías a Instagram y mucha gente le respondía pidiéndole uno. Ahí se dio cuenta que igual podía “nacer algo bonito”.

Poco a poco fue creciendo y comenzó a apostar por mejorar los materiales de sus productos. Por ejemplo, empezó a usar perlas naturales en lugar de las de plástico. Además, aprendió a hacer cosas nuevas como los bordados de punch needle (aguja mágica en español) o los bolsos de ganchillo. Con el primero, el proceso fue difícil, pero su perseverancia fue clave para seguir con su empeño. El segundo fue por casualidad, a raíz de una tarde con su abuela y con la ayuda de su madre acabó aprendiendo. A día de hoy puede permitirse vivir de ello, aunque admite que no es fácil. En el futuro espera seguir creciendo y aprendiendo, tanto la marca como ella. “Mirando atrás, me siento orgullosa de mí misma al ver todo lo que he ido construyendo poco a poco”, confiesa.

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